“Ayer nos reunimos también en el Gabinete con los expertos de la delegación cubana que nos visita. Estuvimos abordando el tema de la preparación para los eventos catastróficos que puedan darse en países altamente vulnerables como el nuestro”, explicó Rosario a través de los medios del Poder Ciudadano.

“Los compañeros nos decían con claridad, en esto hay que tener todo organizado, hay que estar siempre listos, no se pueden pronosticar terremotos; sin embargo, se observan, por eso se llevan registros”, subrayó, señalando que estos registros crean un patrón o modelo que luego se estudia y que permite aproximarse, sin hacer predicciones, a conocer los riesgos y estar preparados para ellos.

Rosario afirmó que los que vivimos en un país como Nicaragua no debemos tener pánico, “pero sí esa dosis saludable de preocupación”, para de esta manera organizarnos y prepararnos, y que no suceda lo que pasó durante el terremoto de Managua de 1972.

“Recordemos los que vivimos esa tragedia, los que sufrimos esa tragedia, los que perdimos seres queridos, cómo quedamos después: solos, abandonados, buscando cada cual cómo hacer lo que pudiese para retomar su vida o para volver a poner las bases de cierta normalidad”, indicó señalando que no se recibió en ese entonces “ningún respaldo, ningún apoyo, ninguna solidaridad, ningún cristianismo”, porque “vivíamos en un país egoísta, insolidario donde lo que reinaba era la falta de libertades, la represión”.

“Entonces nosotros tenemos que fomentar, promover valores, el valor inmenso, infinito de la solidaridad, que es el cristianismo en esencia, el socialismo en esencia, porque a la hora de un drama, de una catástrofe humana como ésta, nosotros tenemos que vivirla, si la llegáramos a vivir, mientras estamos en este plano de vida, con esos valores y con la organización, la preparación que nos permita salvar vidas y brindar todo el apoyo y todo el respaldo a las familias que estén sufriendo las consecuencias”, afirmó.