Camacho inició sus declaraciones aduciendo que las pruebas presentadas a lo largo de las 14 audiencias desarrolladas en esta causa, fueron satisfactorias para demostrar cada uno de los hechos que se exhibieron en contra de cada uno de los acusados.

“Durante la fase de juicio, donde la Fiscalía evacuó todas sus pruebas testimonial, pericial y visual se fueron estableciendo por cada uno de los testigos elementos de prueba que vinieron a establecer claramente estos extremos de la acusación que la Fiscalía pretendía desde el inicio del juicio, demostrar”, declaró el Fiscal.

Señaló que a lo largo del juicio se hizo referencia a tres organizaciones, que por la vinculación entre las mismas fue motivo para acumular las causas para que fueran del conocimiento de una sola autoridad judicial y existiese una visión global y permitiese al juzgador una aplicación armónica de la Ley Penal y Sustantiva.

Afirmó que las acusaciones en contra de Isladier Reyes González, Pedro Joaquín Vanegas, José Dolores Díaz Sarmiento, Norlan Marcelino Reyes, Douglas Jerson Flores y Marjorie del Carmen López Balladares, dejando establecidos los delitos bajos los cuales el Ministerio Público los acusó, transporte de estupefacientes así como el delito de crimen organizado.

Explicó que la estructura era lidera por Isladier Reyes González y su finalidad era el transporte de droga desde Río San Juan, específicamente desde Boca de Sábalos hasta la frontera con Honduras, de manera que siguiera su curso hacia la República de Guatemala.

Camacho detalló que en el proceso judicial, a través de las declaraciones de los peritos policiales, los testigos y la presentación de pruebas visuales, quedó establecido el liderazgo que tenía Reyes González en la agrupación bajo la supervisión de un guatemalteco conocido como Wil, con quien rompió relaciones en años posteriores y estableciendo relaciones con el grupo de Gabriel Maldonado Siles y David Patrón Arce, de la agrupación Los Charros, contacto que sirvió para el transporte de droga bajo la supervisión exclusiva del acusado Henry Fariñas y liderada a la vez por Alejandro Jiménez “Palidejo”, también conocido como José Treminio.

Indicó que Jiménez recomendó al cartel de la familia Michoacán, a la organización de Henry Fariñas para que entregaran la droga a la organización de Los Charros en Nicaragua.

“En el caso del grupo de Isladier Reyes González se demostró que existió un seguimiento a la misma, demostrando que Reyes González participó activamente en esta operación denominada de Los Charros el día 2 de mayo del año 2011, donde a la altura del kilómetro 9 de la carretera nueva a León se estaba haciendo un trasiego de una camioneta […] un testigo reconoció claramente a Isladier Reyes participando en esta actividad del 2 de mayo”.

Organización de Fariñas transportaba droga desde Costa Rica

Manifestó que la Fiscalía procedió a encontrar pruebas contra la estructura encabezada por Henry Fariñas Fonseca, en la cual se menciona dentro de la acusación a Guillermo Blandón, Pedro Fariñas Fonseca, Hugo Jaen y Guillermo Terán Caldera.

Afirmó que a la organización se le dio seguimiento desde el año 2008 y se dejó establecida la finalidad como el transporte de estupefacientes a escala internacional y como consecuencia el lavado de dinero que se fue materializando de distintas formas, dado que existen diferentes conductas para incurrir en el delito.

Según Camacho, la recomendación realizada por Jiménez ante el cartel de Michoacán, permitió que la organización de Fariñas realizara el transporte de la droga desde Costa Rica hasta Nicaragua y posteriormente entregársela a la organización de Los Charros.

El Fiscal recordó las declaraciones presentadas por los testigos policiales, quienes afirmaron que los ingresos de Guillermo Terán Caldera y Henry Aquiles Fariñas Fonseca no correspondían con sus egresos.

Inquirió que estos personajes generaron mucho más gastos de lo que realmente pudieron haber obtenido en ingresos, además que se hicieron comparaciones de los libros de registros de las empresas, dejando en evidencia que dichas empresas no podían generar ingresos mayores, como el caso de Guillermo Terán Caldera, quien con a través de su negocio Harley Davidson Nicaragua S.A. vendió únicamente una sola moto y en declaraciones de una testigo de la defensa afirmó que este ingresaba al país cerca de 80 motocicletas Harley Davidson al año.