En horas de la mañana de este miércoles, arribaron al Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, 15 hermanos nicaragüenses que fueron deportados de Estados Unidos.
A su llegada fueron recibidos por personal del Ministerio de Salud (MINSA), Policía Nacional y Ministerio de Gobernación (MIGOB).
Estos ciudadanos nicaragüenses afirmaron sentirse aliviados al estar de nuevo en su país, tras pasar varios días e incluso meses encerrados en las cárceles norteamericanas sin poder ver el sol.
El Comandante Oswaldo Cordero, de la dirección de Migración Aeropuerto, manifestó que “De parte del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional se les dio la bienvenida, tenemos dispuestos medios de transporte para trasladarlos a su destino”.
Francisco García del departamento de Chinandega, estuvo tres semanas en Estados Unidos, tiempo suficiente para darse cuenta que el “Sueño Americano” estaba lejos de ser una realidad.
“Me siento bien al ver cómo nos han tratado, lo agradezco. Al estar de nuevo en mi país me siento bien”.
Federico Padilla, habitante de Mulukukú, tiene la fe puesta en Dios y espera progresar en su país, al lado de su familia.
“Voy a buscar trabajo aquí en Managua. Estuve tres meses encerrado esperando que me trajeran acá, las condiciones son malas, estás encerrado y hasta ahorita estoy libre viendo el sol".
“Se sufre mucho, no comí por siete días, no hay agua, es puro desierto esa zona. Estuve fuera año y medio. Para llegar cuesta y para que te deporten es rápido, como nada te agarran y te deportan”, sentenció Federico.
Darling Ismael González, contó que pasó 17 años fuera de Nicaragua, lo único que le duele es haber dejado a su familia en Estados Unidos, sin embargo, espera poner un negocio que le permita traer lo más pronto posible a sus seres amados.
“Me suspendieron los papeles y por eso me deportaron. Allá tenés que trabajar y pagar, se vive bien, pero allá dejé a mi familia y acá solo tengo una hermana”.
“Voy a ver si pongo algún negocio acá, me han dicho mis primos que la situación está mejor en Nicaragua, él vino hace unos años puso un negocio, está bien y mejor que allá porque vive tranquilo”.
Asimismo, Erving Castro González, contó “pasé muchas cosas feas en el camino y también allá se sufre, ahora me siento bien porque estoy en mi país. Tuve miedo, pero lo superé porque tenía que salir adelante, un riesgo muy grande”.
“Agradecido con este recibimiento que no me esperaba, son muy amables”, finalizó.