Un total de 20 colombianos murieron como resultado de avalanchas e inundaciones durante la temporada lluviosa iniciada en abril, tras una cruda sequía, precisó hoy la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres.
Los aguaceros dejaron, además, siete mil familias damnificadas, amplió un informe de esa institución.
Chocó, en el litoral del Pacífico; Meta y Arauca, perteneciente a los llanos orientales; Risaralda, situado dentro del eje cafetero; y Cundinamarca, en el centro del país, han sido los departamentos más castigados por las copiosas precipitaciones, explicó dicho organismo especializado.
Según vaticinios del Instituto de Meteorología e Hidrología, las lluvias serán aún más intensas a finales de año, por la influencia del evento climatológico La Niña, con efectos contrarios a El Niño u Oscilación del Sur, el cual agudiza la estación seca.
La larga sequía que comenzó en 2015, avivó los incendios forestales en la mayoría de los departamentos colombianos.
Unas 100 mil hectáreas cubiertas de bosques, cultivos y pastizales fueron arrasadas entonces por las llamas.
Escenarios naturales de prominencia como la Sierra Nevada de Santa Marta, Reserva de la Biosfera, resultaron azotados por el fuego en varias oportunidades al igual que exuberantes parajes chocoanos, distinguidos por su elevada biodiversidad.
La escasez de precipitaciones provocó desabastecimiento de agua en más de un centenar de territorios y mantuvo en tensión al sector electroenergético pues el 64 por ciento de la generación nacional depende de las fuentes hídricas.
Con la llegada de las lluvias reaparecen los aludes, muy comunes en los sitios montañosos.
En mayo del año previo una avalancha sepultó a 97 residentes en el municipio antioqueño de Salgar.