En esta entrevista exclusiva concedida desde la cárcel a la corresponsal RT, Paola Guzmán, el expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, que cumple prisión preventiva por presuntos delitos de corrupción, ha denunciado la injerencia en el país y la manipulación de la justicia por parte de EE.UU., principalmente, a través de la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (CICIG).
¿Inocencia total?
Otto Pérez Molina anuncia que es "totalmente inocente" en los actos de corrupción de los que se le acusa en el marco del caso de 'La Línea'. "Si hubiera participado en esta defraudación, no estaría aquí", dice el político, añadiendo que tuvo la oportunidad de salir del país, pero no lo hizo porque decidió "dar la cara porque es inocente y porque no tiene ninguna responsabilidad en eso".
¿Corrupción o injerencia de EE.UU.?
Otto Pérez Molina denuncia que su posición actual debe enmarcarse en un largo contexto histórico de injerencia de EE.UU.que se remonta a principios del siglo XX.
"En los años 40 EE.UU. viene y hace unas pruebas con guatemaltecos inyectándoles enfermedades, especialmente enfermedades venéreas, para poder probar con ellos", denuncia Pérez Molina, recordando que "salieron pidiendo disculpas hace tres años pero no ha indemnizado a ninguna de las familias".
"En los años 50 viene el derrocamiento de un presidente, precisamente por decir que era de tendencias comunistas y, obviamente, el armamento, los aviones y todo para ese derrocamiento es de EE.UU.", sigue.
Según él, el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, intentó en varias ocasiones mantener un encuentro con él, pidiéndole una única cosa: "que la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (CICIG) se debería quedar en Guatemala y que se debería extender hacia Honduras y hacia El Salvador".
Pérez Molina afirma que esta fue la condición de EE.UU. "para que ellos pudieran continuar con el plan" de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de América Central". "O sea, el tema que estábamos hablando era la migración de menores no acompañados hacia EE.UU., pero ellos toman ese tema y lo agarran como para tener una injerencia y un control mayor en nuestros países", explica.
El segundo y más reciente ejemplo de la injerencia de EE.UU. lo encarna -según él- el embajador de EE.UU. en Guatemala, que no solo participó en manifestaciones en contra de Pérez Molina, sino que también incitó a los guatemaltecos a través de su Twitter para que participaran en las manifestaciones.
Guerra contra las drogas
Según él, la expresión más reciente de esta injerencia queda de manifiesto en la guerra de las drogas.
"EE.UU. consume y en lugar de luchar para bajar el consumo, luchan aquí, en nuestros países y obligan a nuestros países con pocos recursos a hacer una lucha que es de ellos", se lamenta Molina. "Los dólares y las armas vienen de EE.UU. y nos toca a poner a nosotros nuevamente los muertos, la violencia y la inseguridad en nuestro país", denuncia.
Centroamérica frente a las grandes potencias
Entre los motivos que están detrás del intervencionismo de EE.UU. en la región, además del narcotráfico, el expresidente destaca "la presencia de otras potencias", tales como China y Rusia, que hacen que EE.UU. quiera "extender su injerencia y su frontera".
“Aquí, históricamente, para EE.UU. Nicaragua siempre ha sido un tema que ha estado en la agenda", y ahora la presencia de China en Nicaragua, donde se busca construir un nuevo canal, hace que EE.UU. actúe para "tener control".
"Ahora sí, se habla de los 'golpes blandos'", afirma, explicando que se trata de "la injerencia de EE.UU. en países lamentablemente pequeños, en los que EE.UU., por su cercanía, tiene intereses geoestratégicos en la región.
¿Lucha contra la impunidad o medio de injerencia?
La injerencia de EE.UU. se concreta a través de la CICIG, controlada por Washington, denuncia Pérez Molina.
"Lo que ha habido aquí es una manipulación de la justicia a través de la CICIG para los intereses de EE.UU.", ha precisado el político, añadiendo en otra ocasión que "ahora se utiliza a la CICIG como un medio de intervención". Según él, el Ministerio Público de Guatemala "solo sigue lo que la CICIG le ordena".
En resultado -señala-, él se encuentra ahora "en prisión preventiva sin bases, sin argumentos, sin sustento y sin pruebas", sospechoso del robo de 3 millones de dólares, mientras "aquí ha habido evasión por 2.000 y 3.000 millones de dólares al año" por parte de grandes empresas privadas, que siguen en libertad.
Las cifras que dejó su Gobierno
Según Pérez Molina, como resultado de sus más de tres años en el Gobierno, la tasa de homicidios se viene reduciendo de 40 a 28 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El expresidenre también sostiene que logró que la economía creciera más de un 4% anual, por encima de la media general en América Latina.
"No me arrepiento"
"Yo no voy a arrepentirme de las cosas que a mí me tocaron hacer", afirma el expresidente.
Asimismo, dice aceptar "la responsabilidad administrativa o política", si bien -insiste- no tiene "la responsabilidad penal". "Jamás di la instrucción para que se defraudara", afirma, agregando que, antes al contrario, se esforzaba para recaudar los impuestos.
El exmandatario asegura que "podría haber convocado manifestaciones de 80.000-100.000 personas" para contrarrestar las manifestaciones antigubernamentales, pero que no lo hizo para evitar violencia.
"Fue muy duro"
Pérez Molina confiesa que no planea volver a la política. "Ojalá podría escribir las memorias de lo que ha pasado", afirma el exmandatario, que asegura haber recibido "miles y miles de mensajes de solidaridad". "Fue muy duro", concluye.