En un vuelo procedente de Estados Unidos, regresaron este miércoles 64 nicaragüenses, 58 hombres y 6 mujeres, que fueron deportados de ese país a Nicaragua y que la Dirección General Consular de la Cancillería, recibió en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino.

Capturados por las autoridades migratorias estadounidenses en diferentes redadas, los y las nicaragüenses que regresaron comentaron que el famoso sueño americano por el cual abandonan sus hogares no vale la pena, ya que pasan por muchas dificultades y de la noche a la mañana su esfuerzo se esfuma como agua entre las manos.

Las autoridades migratorias nicaragüenses en conjunto con las autoridades de Cancillería y del Aeropuerto Internacional, dan una cordial bienvenida a los compatriotas, que a pesar de las dificultades muestran alegría porque saben que pronto verán a sus familiares.

El joven Mario Sánchez, es procedente de Ocotal, Nueva Segovia. Él indicó que su único propósito para viajar ilegal a Estados Unidos fue buscar un trabajo para apoyar económicamente a su familia.

"Cuando uno va en el camino y al llegar allá se encuentra con situaciones que no se espera. Ya cuando me agarraron me mandaron a varios centros de detención, lo único que recibimos es un maltrato psicológico muy duro y frente al cual nosotros no podemos hacer nada", relata el joven quien se movilizaría hasta Ocotal para reencontrarse con la familia que dejó hace años.

Wilber Morales, otro de los deportados es procedente de El Viejo, Chinandega. "Yo salí el 25 de junio para ir tras ese sueño americano, en el trayecto estuve secuestrado 19 días en la frontera, los Zetas me agarraron, pero gracias a Dios salí bien", comentó el joven.

"Estando allá hice una promesa a mi Diosito lindo que al regresar aquí iba a seguir adelante aquí, a trabajar. Allá iba a un país extraño para ayudarle a mi familia pero no se pudo. Ahora le doy gracias a Dios porque regresé vivo y les digo a muchos que no intenten ese sueño americano porque se sufre mucho. Allá nos maltratan, no nos golpean pero psicológicamente lo maltratan a uno los gringos", indicó.

Francisco Javier, de 32 años es un capitalino que ha intentado 6 veces entrar ilegalmente a Estados Unidos, pero en todas las ocasiones ha corrido la misma suerte.

Javier relató que una vez que un inmigrante es capturado en aquel país, es conducido a las cortes donde los jueces solo recetan cárcel. "Después nos mandan a migración donde nos retienen más tiempo, así es el trato que nos están dando, es muy duro", valoró.

Doña Petronila Barrantes, comentó que hace 4 años dejó a sus hijos en Managua para migrar a Estados Unidos y ganarse el sustento para su familia.

Relató que la travesía es muy difícil y peligrosa, sobre todo en México donde grupos de narcotraficantes se ensañan contra los migrantes centroamericanos.

"Allá yo trabajaba en una tienda de noche, pero me vine a visitar a la familia y al regresar me agarró la migra. El trato es muy malo, nos mandan a la cárcel y si no hablamos inglés nos va peor. Creo que eso del sueño americano es pura mentira, yo ya lo viví y no hay cosa que sea más fea que vivirse escondiendo, con miedo, eso no es vida", señaló Petronila.

En Managua las autoridades nicaragüenses reciben a cada ciudadano y les garantizan alimentación, un kit higiénico, así como un viático para que cada uno viaje hasta sus lugares de destino donde sus familiares les aguardan con alegría.