Para el Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega Saavedra, el combate al hambre no es una política coyuntural de este gobierno, aplicada por el problema de la escasez de lluvias, sino que es algo que se ha venido haciendo como una forma de acompañamiento a las familias más pobres de Nicaragua.
“Tenemos una política que no es coyuntural, no se trata de salir a combatir el hambre hasta que aparece una sequía”, afirmó Daniel durante el acto del 36 aniversario del Ejército.
“¡Cuánta falta nos hace un buen invierno!, mientras tanto ahí vamos lidiando y trabajando para resolver haciendo esfuerzos extraordinarios para enfrentar los problemas, allá donde se presentan, y no hacerlo solamente cuando se presenta una sequía, sino hacerlo una política sostenida y sostenible de atención, en primer lugar, a las familias más empobrecidas”, explicó.
Explicó que el objetivo es llevarles el alimento a estas familias y dotarlas de los instrumentos de trabajo para que luego se conviertan en instrumentos económicos en todos los campos.
Alertas dependen de la situación
El Comandante expresó que hay circunstancias en que es necesario decretar alerta roja y citó el ejemplo de los sismos y la posibilidad de un terremoto o huracán.
“Aquí mismo en Managua ahora estamos en alerta roja, a partir de aquellos temblores que estuvieron sacudiendo las fallas que cruzan aquí por Managua, y donde entre otras se activaron las fallas que provocaron el terremoto del año 1972”, manifestó, destacando también la situación que está viviendo por esta misma razón el municipio de El Sauce.
Señaló que cuando viene, por ejemplo un huracán, se disponen de todas las fuerzas del país, incluido el ejército, para salvar vidas en primer lugar, ya que la destrucción material no se puede evitar frente a una embestida de esa naturaleza.
Contribución internacional es pequeña
“Frente a la sequía decretar una emergencia nacional, una alerta nacional, por ejemplo, ¿a qué se supone que da lugar? A que venga alguna contribución de algunos organismos, pero la contribución es tan pequeña que son mucho más los paquetes de alimentos que se entregan todas las semanas para atacar el hambre en la población de extrema pobreza, para que no pase hambre con sequía o sin sequía, porque tenemos una población que todavía tiene esa situación crítica de extrema pobreza”, sostuvo.
Daniel señaló que organismos como el BCIE tienen destinados 250 mil dólares para cada país centroamericano.
“Hemos estado monitoreando directamente la zona donde históricamente afecta más la sequía, y hemos continuado monitoreando, y ahí está la compañera Rosario (Murillo) coordinando todo un trabajo de 24 horas para asegurar que donde llevamos alimentos, es porque realmente existe la necesidad del alimento, más allá de los que ya están recibiendo el paquete alimentario”, destacó.
Dijo que incluso hay brigadas médicas desplazándose a las zonas donde más afecta la sequía, las cuales indicarán el nivel de problemas que se están dando en cuanto a la alimentación.
Aseguró que esto permitirá aplicar programas de mayor intensidad y así elevar los niveles de nutrición de los niños que van a la escuela.
Niño bien nutrido es garantía de desarrollo
El Comandante afirmó que el PMA maneja unas bodegas de alimentos en Panamá para atender emergencias en cualquier país de Centroamérica, pero que esas bodegas no disponen de suficientes alimentos para cada país, ante lo cual Nicaragua le ha solicitado al organismo que lo entregue directamente al país para fortalecer la merienda escolar.
“Tenemos que pensar en primer lugar en los niños, un niño bien nutrido es garantía de desarrollo, de desarrollo intelectual, de desarrollo cultural, de desarrollo físico y por lo tanto de salud en todos los aspectos”, indicó Daniel.
El Comandante indicó que el régimen de lluvia ha sido bueno en el Caribe, a diferencia del Pacífico y la Zona Central donde está afectando el Cambio Climático.
Explicó que según organismos internacionales, en agosto la temperatura se elevó en toda esta zona más de dos grados, lo cual es un fenómeno que se ha presentado también en los años cincuentas y 1984.
Daniel destacó que ahora hay más población en el planeta (unos 7 mil millones) y que para garantizarle los alimentos se necesita un punto de equilibrio de lluvia y sol que sólo Dios puede proveer.
Lamentó que el Planeta se está destruyendo porque impera un modelo económico desarrollista insostenible, que está llevando la catástrofe tanto a los países en vías de desarrollo como a los países desarrollados.