Haití entró hoy en el silencio electoral e implementó varias restricciones públicas para garantizar el normal desarrollo de los comicios legislativos del domingo, donde se disputarán 20 escaños del Senado y 119 de la Cámara de Diputados.

Las autoridades suspendieron cualquier acción proselitista por parte de los mil 853 candidatos en competencia, sus partidos y seguidores.

Además, restringieron hasta lunes el tráfico de vehículos, la venta e ingestión de bebidas alcohólicas, el porte de armas y la apertura de centros recreativos.

Tampoco permitirán actos o espectáculos públicos de ningún tipo y el Ministerio del Interior cerrará desde esta mañana la frontera con República Dominicana hasta el lunes a las 10:00 hora local.

La Policía es la autoridad encargada de velar por el cumplimiento de las medidas y aplicar las sanciones correspondientes si se infringen.

Con ese fin, nueve mil oficiales están desplegados en las calles, avenidas y zonas limítrofes hasta la conclusión del sufragio.

Ayer, los aspirantes a los asientos de ambas cámaras de la Asamblea Nacional terminaron el despliegue proselitista con presentaciones en los medios de comunicación, entrevistas y algunos actos en sus respectivos distritos electorales. Aprovecharon la última oportunidad para reiterar sus fórmulas y seducir a los indecisos, mientras sus simpatizantes inundaron las calles con fotografías y carteles en un intento por asegurar la mayor visibilidad durante la jornada comicial.

Haití celebrará la primera vuelta de las parlamentarias tras casi cuatro años de retraso, con representantes de 105 partidos y bajo el temor de que haya poca participación de los electores.

Una reciente investigación proyectó la asistencia de menos del 15 por ciento de las casi seis millones de personas habilitadas para votar.

Ese estudio y varios analistas atribuyen el desinterés de la ciudadanía a la avalancha de candidatos y al desarrollo de una campaña débil, corta y plagada de incidentes violentos, que dejaron al menos 26 heridos y cinco muertos.

A esos elementos se suman los problemas económicos como el desempleo y la inestabilidad financiera provocada por la depreciación del gourde, la moneda nacional.

Tanto el Gobierno como organismos internacionales y religiosos aprovecharon esta semana para insistir a la población en acudir a las urnas y así dar un impulso a la democracia del país.

Haití está sin Parlamento por la imposibilidad de organizar estos comicios en los últimos años, lo cual permitió al presidente Michel Martelly gobernar por decreto.

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