Los países más ricos podrían sufrir más intensamente los efectos de las inundaciones, sobre todo en regiones como los deltas del Rin y del Misisipi, por los crecientes costes de inversión en infraestructura para reducir riesgos, según un estudio publicado este viernes por la revista Science.
El informe, elaborado por el City College de Nueva York, señala que actualmente muchos países ricos son capaces de mitigar, en cierta medida, el riesgo de inundación de los deltas mediante inversiones que permiten reducir la vulnerabilidad. Sin embargo, un modelo desarrollado por el hidrólogo Zachary Tessler, del City College, que contempla el alza de los costos de infraestructura, sugiere que esta mitigación no será sostenible a largo plazo.
Como consecuencia, en el futuro, los países más avanzados podrían sentir las presiones de las inundaciones en una medida similar a la de los países en vías de desarrollo.
Para calcular el riesgo de inundaciones de determinadas poblaciones de deltas, Tessler y otros colegas estudiaron la probabilidad de que la población sufra un suceso que genere daños, de qué manera la exposición de la población a estos riesgos podría cambiar con el transcurso del tiempo a causa de las variables del cambio climático, y la vulnerabilidad de la población a esas adversidades.
Los autores aplicaron estos cálculos a los principales 48 deltas fluviales, con una población total actual estimada de más de 340 millones de personas.
Aunque los deltas en países ricos, tales como los deltas del Misisipi y el Rin, tenían la misma probabilidad de sufrir inundaciones y tasas de exposición a lo largo del tiempo similares a los de otros deltas, los niveles de riesgo resultantes de estos sitios fueron mucho más estables, con tendencias que se encontraron entre las más bajas en comparación con todos los deltas que se analizaron en el estudio.
Sin embargo, cuando los investigadores recalcularon los riesgos y tuvieron en cuenta los crecientes costos de infraestructura a largo plazo, estos lugares mostraron los mayores incrementos en cuanto a vulnerabilidad. «En un futuro de crecientes limitaciones energéticas, estas protecciones probablemente serán insostenibles, elevando los riesgos relativos entre 4 y 8 veces en los deltas del Rin y el Misisipi, mientras que aumentan entre uno y cuatro vez en los del Chao Phraya (Tailandia) y el Yangtse (China)», concluyeron.
Como consecuencia, los autores afirman que se necesitarán inversiones enfocadas a paliar los factores responsables de la degradación de los deltas por culpa del hombre, más que los propios síntomas, para preservar los deltas a largo plazo.