En presencia de una nutrida representación de líderes mundiales Egipto ha celebrado este jueves la ceremonia de apertura de un nuevo tramo del canal de Suez, que permitirá duplicar la capacidad del tráfico de una de las principales vías artificiales de navegación del mundo y triplicar los beneficios estatales. El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, ha estado presente en la ceremonia.
Para Moscú la inauguración del nuevo tramo del canal de Suez tiene un significado importante: Rusia está dispuesta a participar en el establecimiento de una zona industrial rusa en el nuevo tramo del canal de Suez. Así lo ha afirmado el primer ministro de ruso, Dmitri Medvédev, en una entrevista al diario egipcio 'Al-Ahram' concedidaantes de su visita a Egipto. "Nuestras empresas están dispuestas a participar en estos proyectos económicos. La creación de una zona industrial rusa en el canal de Suez podría ser el primer paso en este proyecto. Esta cuestión ya se está discutiendo activamente a nivel ministerial", ha aseverado Medvedev.
La inauguración del nuevo canal de Suez ya se considera el mayor logro del presidente Abdel Fattah al Sisi, que pretende recuperar el liderazgo de su país en la región. Sin embargo, el éxito del Egipto posrevolucionario dependerá no solo del crecimiento del comercio mundial, sino también del resultado de la lucha de sus autoridades contra las organizaciones terroristas, incluido el Estado Islámico, que se ha asentado firmemente en la península del Sinaí. Y no lejos del canal de Suez.
Dada la situación inestable del Sinaí, durante la ceremonia de apertura estarán presentes 10.000 policías y militares. A principios de julio, los servicios de seguridad egipcios ya informaron de un ataque terrorista frustrado en el canal organizado por un empleado de la administración de la infraestructura junto con miembros de los Hermanos Musulmanes La organización islamista fue declarada por las autoridades egipcias enemigo número uno tras el derrocamiento del presidente Mohammed Morsi.
El nuevo tramo del canal ha sido construido con la ayuda de empresas extranjeras (concretamente de EE.UU., Bélgica, los Países Bajos y Kuwait) en tiempo récord: un año en lugar de los tres previstos inicialmente. El presupuesto dedicado por las autoridades egipcias ascendió a más de 8.000 millones de dólares. La financiación, según el sitio oficial del canal, llegó de inversores extranjeros en solo ocho días.
Con el nuevo tramo del canal El Cairo prevé duplicar la capacidad de esta arteria de transporte hasta alcanzar los 97 barcos diarios en lugar de los 49 que la atraviesan hoy en día. Además, el tiempo de tránsito debe reducirse de 18 a 11 horas.
La profundización del antiguo cauce –que fue abierto para la navegación en 1869–, obra realizada en paralelo con la construcción del nuevo tramo, permitirá el paso por el canal a petroleros de mayor tamaño que los que hoy surcan sus aguas. Además, con el nuevo tramo el movimiento de los buques por el canal de Suez se producirá en ambos sentidos.
Las autoridades egipcias esperan que el aumento de la capacidad de la ruta más corta desde Asia a Europa (a través de la cual pasa entre el 7 por ciento y el 10 por ciento del comercio mundial) permita en 2023 que los ingresos anuales de Egipto asciendan de 5.300 millones a 13.200 millones de dólares. Si estos cálculos se cumplen, los beneficios se igualarán a los ingresos procedentes del turismo, que son el fundamento de la economía del país árabe.
Los expertos no comparten del todo el optimismo de las autoridades egipcias dado que las previsiones dependerán en gran medida del crecimiento del comercio mundial, que es difícil de predecir (en los últimos años su volumen ha disminuido). "Después de su profundización, por el canal de Suez aún los superpetroleros no podrán pasar, pero los barcos del tonelaje medio sí. Esto facilitará el suministro de petróleo crudo desde el golfo Pérsico a Europa. Desde esta perspectiva, el optimismo de los egipcios está justificado", ha afirmado al diario ruso 'Kommersant' Vladímir Isáev, profesor la Universidad Estatal de Moscú.
"En cuanto al comercio entre Asia y Europa en su conjunto, que pasa por el canal, es difícil hacer predicciones. Las empresas de transporte internacionales analizarán durante algún tiempo la situación de la seguridad y los términos logísticos", ha concluido Isáev.