La profecía maya que anunciaba que el 2012 sería el fin del mundo estuvo cerca de concretarse: el 23 de julio de 2012 una erupción solar provocó una poderosa tormenta que estuvo a punto de alcanzar a la Tierra, según confirmaron científicos de la NASA.
"Si la hubiera golpeado, todavía estaríamos recogiendo los pedazos", aseguró el físico Daniel Baker, de la Universidad de Colorado y agregó: "Si la erupción hubiera ocurrido una semana antes, la Tierra hubiera estado en la línea de fuego".
Finalmente, la tormenta impactó contra la nave espacial STEREO-A spacecraft, un observatorio solar que está equipado para medir eventos como este.
"Con los últimos estudios, me convencí aún más de que los habitantes de la Tierra han sido increíblemente afortunados de que esta erupción haya ocurrido cuando lo hizo", aseguró Baker.
El impacto habría ocasionado la detención de las comunicaciones por satélite y habría terminado con la electricidad. Los analistas aseguran que habría causado apagones generalizados y la desactivación de todo lo que se conecta a un enchufe de pared. Incluso ya no se podría limpiar los inodoros, porque los suministros de agua urbanos dependen en gran medida de las bombas eléctricas.