Es oficial. Estados Unidos se marca un objetivo más ambicioso de lo que hasta ahora se esperaba para reducir las emisiones de carbono de las centrales termoeléctricas: un 32% hasta 2030 respecto a los niveles de 2005.
Este anuncio es "el mayor paso dado por los Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático", dijo el presidente este lunes desde Washington.

La medida es ya la versión definitiva después de que este domingo la Casa Blanca anunciara algunos detalles de su intención. El “Plan de Energía Limpia”, que el Gobierno ya adelantó hace un año, da ahora un paso más allá y supera los objetivos presentados en aquel documento, que era de dos puntos menos.

El presidente Obama trata de marcar el paso para la próxima cumbre mundial del clima en París de diciembre. Estados Unidos, que ha sido criticado por no hacer un mayor esfuerzo para luchar contra el cambio climático, había prometido con anterioridad reducir sus emisiones generales entre el 26% y el 28% para el 2025, tomando 2005 como partida.

Washington gira con la propuesta de Obama hacia el gas natural como combustible puente que permitirá al país desenchufarse del carbón mientras se encamina hacia un futuro más verde.

"Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B", declaró el presidente para justificar la lucha contra el calentamiento global, a la que calificó de "obligación moral", siguiendo la estela de la reciente encíclica de Francisco sobre el medio ambiente.

Delante de un auditorio entregado a su causa, Obama trató de apoyar su objetivo con datos sobre los beneficios de salud que promoverá su legislación. "Gracias a este plan, habrá 90,000 casos menos de ataque de asma cada año entre los niños", aseguró Obama, que pasó directamente al ataque contra los republicanos que se oponen a la reducción de emisiones contaminantes. "Si tanto les preocupan las comunidades de bajos recursos y las minorías, entonces protejan el aire que ellos respiran", inquirió a los legisladores.

Cuánto va a costar

El costo de este cambio “histórico”, como le gusta calificar a la Casa Blanca, no ha sido verdaderamente calculado. El carbón sigue siendo una de las principales industrias del país: el 37% de la energía eléctrica usada en el país proviene de este tipo de plantas.

Esta transición impuesta por la administración de Obama tendrá un precio de 8,400 millones de dólares hasta el 2030, según los cálculos de Washington. Pero las cifras no están claras dado que queda en mano de los estados cómo cumplirán con los objetivos.

Según los cálculos del Gobierno, los consumidores ahorrarán un total de 155,000 millones entre 2020 y 2030 y hasta 85 dólares en la factura de la luz en 2030.

"Estamos dando a los estados tiempo y flexibilidad que necesitan para reducir la contaminación en la manera que funcione para ellos", ha especificado el presidente durante su intervención.

Los críticos de esta iniciativa no lo tienen tan claro. La industria energética y sus defensores han indicado que esta revisión de Obama hará que el objetivo de reducción sea aún más molesto, caro y difícil de lograr, según informa AP.

"Las críticas que van a escuchar son excusas para no actuar", ha adelantado Obama durante su intervención.
Los candidatos políticos no han dejado pasar la ocasión también para lanzar fuertes críticas contra la administración Obama. Entre los primeros, el senador por la Florida y precandidato presidencial Marco Rubio.

Según el político cubanoamericano, este plan “va a golpear nuestra economía” y va a aumentar la factura eléctrica de los consumidores sin “poner solución al tema del que están tratando porque (…) China, India y otros países en vías de desarrollo van a seguir quemando cualquier cosa que puedan”.

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