La historia del pueblo nicaragüense está cargada de valentía y amor por la libertad. Fue lo que hace 36 años demostraron miles de jóvenes originarios de la capital, cuando armados de valor se enfrentaron a la genocida guardia somocista y desarrollaron el Repliegue Táctico hacia Masaya, una de las estrategias político-militares más importantes en el derrocamiento de la dictadura.
Durante más de un día, guerrilleros y civiles de la capital caminaron desde los barrios orientales de Managua hacia Masaya, donde se llevaría a cabo el encuentro con otras columnas de jóvenes combatientes para llevar a cabo la liberación de otros departamentos como Granada, Carazo y la misma Ciudad de las Flores, en su intento muchos resultaron heridos y otros cayeron sin lograr su objetivo.
El primer lugar donde lograron pernoctar fue el municipio de Nindirí, siendo recibidos con mucha solidaridad, ahí les brindaron alimentos, atención médica y reorganizaron las estrategias de lucha. Quienes colaboraron con la gesta afirman que no hubo mayor muestra de amor entre nicaragüenses que en esa ocasión.
“Nosotros cumplimos con nuestro deber como revolucionarios, el Repliegue fue un acontecimiento que marcó nuestras vidas, lloramos al ver cómo nuestros compañeros morían y las condiciones en las que vinieron a Nindirí, fue difícil pero todos nos unimos para ayudarles. Pusimos en evidencia nuestra solidaridad y amor hacia los compañero porque así como fueron ellos los golpeados, pudimos haber sido nosotros, todos sin medida alguna ayudamos a nuestros hermanos” señaló Mario Muñoz, ex combatiente originario de Monimbó.
“Cuando nuestros hermanos vinieron de Managua les dimos albergue y todo nuestro apoyo, una vez recuperados fuimos sus guías para trasladarlos hacia Monimbó. Acá murieron muchos de los replieguistas sin embargo eso nos motivó a seguir junto a los sobrevivientes en la lucha, y fue en ese momento cuando reafirmamos más nuestro compromiso de liberar la patria en honor a nuestros caídos” recordó José Flores, ex combatiente originario de Nindirí.
El inicio de un semillero de bienestar
A 36 años del acontecimiento, el pueblo recuerda y honra la memoria de quienes murieron para que hoy las nuevas generaciones de nicaragüenses vivan libremente y cuenten con un Gobierno Cristiano, Socialista y Solidario, el cual garantiza el bienestar de las familias sin distingo alguno.
Sin embargo, las cadenas del sometimiento a cargo de los Somozas les impidieron tales derechos, por ello lucharon inclaudicablemente, logrando después de tanta lucha ver un país hermoso que muchas veces fue para ellos como un sueño. Hoy gracias a su entrega, la sonrisa florece en cada uno de los niños que asiste al Centro de Desarrollo Infantil de Nindirí, en el que 60 pequeñines reciben el pan del saber.
“Nindirí cuenta con un gran avance socio-económico, tiempo atrás fuimos un pueblo olvidado, sin embargo gracias a la lucha de nuestros hermanos caídos hoy las familias del municipio gozan de mejores condiciones, las madres tienen un espacio seguro donde dejar a sus hijos mientras trabajan y tienen la plena seguridad que el apoyo del gobierno está llegando a cada rincón del país” manifestó Neyma Rodríguez, directora del CDI.
“Valió la pena la noche en la que los guerrilleros llegaron a Nindirí, donde fueron recibidos como lo que son: grandes héroes. Hoy vemos que la sangre de nuestros hermanos no fue en vano y se ve reflejado en el progreso de nuestra comunidad, donde florece todo el amor que un día sembraron al derramar su sangre, lágrimas y perder a familiares y amigos” añadió.
A nivel nacional, el gobierno promueve el desarrollo de más de 60 programas sociales que han mejorado las condiciones laborales de las familias, acciones que son reconocidas por todos los hombres y mujeres que presenciaron y vivieron en carne propia el sacrificio humano de sus compañeros.
“Nuestros compañeros dijeron que morían por una Nicaragua mejor, siendo palabras que calaron en nuestra mente y que hoy nos damos cuenta que fue toda una realidad, ya que gracias a cada gota de sangre, cada compañero asesinado y cada madre sufriendo por la pérdida de su hijo no fue en vano. Los sueños se han concretizado gracias a las políticas revolucionarias. Hoy tenemos escuelas en las comarcas, centros de salud, apoyo al campesinado y todo lo que realmente mejora nuestras condiciones de vida”, reafirmó Francisco Gaitán, colaborador histórico de Nindirí.
Manos laboriosas que tallan la paz de nuestro país
En tiempos de insurrección los puños se alzaron para exigir la libertad, mostrar la inconformidad ante una de las peores dictaduras de Latinoamérica y empuñar el fusil. Hoy que Nicaragua vive tiempos de paz, las manos laboriosas de los artesanos, tallan en barro las hermosuras de nuestra naturaleza, la felicidad del pueblo y la bienaventuranza que solo con un Gobierno Revolucionario dirigido por el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo ha podido alcanzar el pueblo.
“Gracias al respaldo de nuestro gobierno hemos logrado salir adelante, siendo un taller en el que elaboramos piezas de todo tipo. Hoy las familias de artesanos tenemos mejores condiciones de vida, los gobiernos locales y el central han visto en nosotros a personas capaces de mostrar al mundo nuestro arte y reflejar que somos un país capaz de salir adelante” refirió Karla Jirón, propietaria del Taller El Alfarero, de San Juan de Oriente.
A más de tres décadas, Nicaragua continúa viendo surgir y crecer los frutos de la entrega humana de miles de jóvenes que a nivel nacional combatieron hasta el final para que hoy florezca la paz, el amor y la igualdad.