Aunque los nicaragüenses conocemos ampliamente la gesta del General Augusto C. Sandino y su importancia en el proceso insurreccional contra la Dictadura Somocista y contra la posterior guerra de agresión estadounidense, para el historiador Aldo Díaz Lacayo aún existe una deuda nacional en cuanto a dar a conocer a nivel internacional la verdadera dimensión del pensamiento de Sandino.
Díaz Lacayo recuerda que luego de su cobarde asesinato en 1934, el pensamiento del general fue soterrado y confiscado al pueblo por 45 años.
No obstante, afirma que este siempre estuvo vigente y que cuando en 1979 triunfa la Revolución se le reivindica, pero no “con la profusión suficiente”.
El ex diplomático nicaragüense apunta que a la Revolución Sandinista le tocó en los ochentas vivir en un mundo polarizado entre dos sistemas ideológicos: el capitalismo salvaje y el socialismo real.
Neoliberales trataron de soterrarlo
De la misma forma manifiesta que al perder el Sandinismo las elecciones en los años noventas, los gobiernos neoliberales quisieron acabar con el pensamiento de Sandino, lo cual no se concretizó porque había un pueblo empoderado resistiendo a esas pretensiones.
“A partir del noventa, trataron de soterrarlo de nuevo, y de confiscarlo de nuevo. Ya era imposible porque el Frente Sandinista nunca perdió el poder. Perdió el gobierno, pero no el poder. Y ningún pensamiento político se puede confiscar cuando está en el poder”, explica.
Ahora es el momento
Para Díaz Lacayo con el retorno del Sandinismo al Gobierno el contexto es diferente, y por tanto se abre una nueva oportunidad para dar a conocer la esencia de los principios del gran patriota latinoamericano.
“Ahora es cuando surge el pensamiento de Sandino como un pensamiento alternativo, vigente, porque los principios fundamentales de Sandino son los principios fundamentales de la Revolución por la Segunda Independencia de América Latina y El Caribe”, afirma.
Daniel apoya divulgación del pensamiento de Sandino
En este punto, el historiador reitera que hay que hacer todos los esfuerzos necesarios para dar a conocer más estos principios en América Latina y los demás pueblos del sur.
“El déficit que tenemos nosotros los sandinistas es un déficit de comunicación, de divulgación del pensamiento de Sandino. Durante la primera etapa de la Revolución la guerra nos impidió continuar con ese proceso de divulgación, y en esta segunda etapa no hemos podido terminar el proyecto de divulgar la obra completa, que equivale a tres veces y media lo que se ha publicado hasta ahora”, sostiene.