El desplome ocurrió sobre el río Cureña, en el tramo desde ese punto hasta Tambor de Sarapiquí, en Heredia, y obedeció a un sobrellenado del cauce que desbordó el diámetro de los contenedores en función de alcantarillas.

Vecinos del lugar solicitaron al Consejo Nacional de Vialidad la recuperación del paso, cuya interrupción se sumó a la ocurrida unos días atrás sobre la quebrada La Venada, en Chorreras de Cutris, en la margen costarricense del río, reseña el periódico La Nación.

Esos hechos confirman los vaticinios de expertos acerca de la fragilidad del vial ante las esperadas lluvias de estos meses y aumentan el entredicho acerca de violaciones técnicas y de diseño en la obra.

En un reciente informe, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos recomendó la construcción de puentes y drenajes en la también llamada ruta 1856, así como estudios ambientales, de topografía y suelos.

Esta semana comenzó también la primera inspección del Tribunal Ambiental Administrativo, mediante la cual jueces, abogados, ingenieros forestales y biólogos reúnen las pruebas en respaldo al expediente de oficio iniciado ante las irregularidades en la ejecución de la trocha.

Autoridades estatales y ecologistas nicaragüenses han denunciado las inconveniencias del proyecto, al igual que se han pronunciado en contra ambientalistas y otros representantes de la opinión pública costarricense.

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