La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó hoy un nuevo sistema que permite detectar desde el espacio aquellas zonas agrícolas que tienen una alta probabilidad de sufrir sequía a nivel global.
El responsable de Recursos Naturales de la FAO Óscar Rojas explicó que el llamado Sistema de Índice de Estrés en Agricultura (ASIS, según sus siglas en inglés) aporta un mapa de la situación en el mundo cada diez días empleando datos de satélites de la vegetación y de la temperatura en la superficie de la tierra a partir de un sensor que tiene un kilómetro de resolución.
La base de datos del nuevo sistema, desarrollado con ayuda de la Unión Europea, abarca treinta años de experiencia y refleja los principales puntos del planeta afectados por la falta de agua desde que en 1984 la zona del Sahel, en el norte de África, sufriera una importante sequía.
En esa serie temporal, 1989 fue el año donde la sequía afectó a una mayor extensión de tierra destinada a la agricultura en el mundo, mientras que durante el periodo de cultivo entre 2013 y 2014 los lugares más afectados se registraron en Nicaragua, Colombia y Venezuela, según la FAO.
Rojas destacó que, para el análisis, el momento más interesante para la agricultura es aquel que va desde el inicio hasta el final de la estación dedicada a cultivar la tierra.
Además de disponer de los datos por satélite, aseguró que es necesario conocer la situación particular de cada país y puso de ejemplo Siria, donde la guerra y la reducción del sistema de regadío, entre otros factores, pueden alterar el mapa de la sequía.
Para asegurar que la información de este fenómeno no está falsificada por factores externos, los expertos deberán verificarla con datos complementarios contactando con las autoridades de los países afectados o controlando los precios de las materias primas.
La sequía, entendida como una combinación de una baja actividad de las plantas y temperaturas altas anormales, tiene un impacto negativo sobre la producción de los alimentos y en los últimos veinte años ha aumentado en frecuencia e intensidad como resultado del cambio climático.
En ese sentido, dicha agencia de la ONU insiste en que disponer de información sobre la situación de los cultivos de alimentos en todo el mundo es esencial para mitigar el impacto de la sequía en la agricultura.