Las enfermedades epidémicas, como el dengue, se verán incrementadas con los efectos del cambio climático, según los resultados de un estudio efectuado en Cuba sobre el impacto de la variabilidad del clima en la salud humana.
El cambio climático, producido por las grandes emisiones de CO2, está afectando de forma más evidente el clima alrededor del mundo.
En algunas zonas, especialmente de la región, se observa un incremento de las temperaturas, un disminución de las lluvias y aumento de las sequías.
Esto favorece la aparición de enfermedades diarreicas agudas, infecciones respiratorias agudas e incremento del número de focos de Aedes aegypti, al encontrar mejores condiciones para su incubación.
Según el estudio, “las sequías intensas pueden provocar la aparición de nuevos criaderos en márgenes de ríos y presas que muestren convincentemente una disminución de los caudales, mientras que las lluvias intensas pueden provocar la formación de nuevos criaderos que son rápidamente colonizados”.
En el caso del dengue, la ausencia de agua potable que podría ocasionar un período de sequía, obligaría a las personas a almacenar agua, lo que incrementa el riesgo de depósitos inapropiadas y mal tapados, focos favorables para la reproducción y proliferación de mosquitos.
“Debido a las condiciones climáticas esperadas, caracterizadas por elevadas temperaturas, altos niveles de humedad y bajos totales de precipitación, se crean las condiciones favorables para el aumento de la reproducción de los vectores, que al combinarse con bajas condiciones higiénicas y el almacenamiento de agua, provocan un aumento del riesgo en todo el país de las enfermedades transmitidas por vectores, en particular el dengue, debido al aumento y expansión de las poblaciones de Aedes aegypti”.
Además, el hecho de que los inviernos se hagan más cálidos y húmedos ”propicia mejores condiciones para la circulación de agentes bacterianos y el aumento de la densidad de los microorganismos, lo que conlleva al aumento de otras enfermedades infecciosas”, afirman los especialistas.
“El estudio demuestra que las variaciones y cambios en el clima son un factor determinante no sólo para la producción de enfermedades sino que también conlleva a cambios ecológicos y socio-económicos, por lo que propicia variaciones y cambios epidemiológicos que afectan al sistema de salud. De forma general, en las entidades estudiadas se producirán incrementos importantes en la cantidad de casos que se registrarán como consecuencia del cambio climático, así como un cambio importante en el índice entomológico. La importancia de estos aumentos no radica sólo en el cambio de la vulnerabilidad, sino en que se producirán en meses y temporadas diferentes en relación con su patrón histórico de comportamiento”, concluye el estudio.
Nicaragua ocupa el cuarto lugar de los países del mundo más afectado por fenómenos extremos entre 1994 y 2013, según se informó en el Índice de Riesgo Climático Global 2015, durante diciembre pasado.
A nivel mundial, nuestro país fue sólo superado por Honduras, Myanmar y Haití, en cuanto a ocurrencia de eventos extremos.
De los diez países más afectados (1994-2013), nueve de ellos son países en desarrollo del grupo de países con ingreso per cápita bajo o medio bajo.
Puede consultar el estudio completado realizado por Cuba en este enlace.