Cada año fieles a las tradiciones marianas, familias de Masaya, Catarina y Monimbó trabajan arduamente en la elaboración de dulces, canastas, matracas y maromeros con las que se celebrará a la Madre de Dios, y otros restauran las imágenes que son adoradas por devotos a las advocaciones.
El objetivo principal es rescatar las tradiciones y cultivarlas a las nuevas generaciones, por eso, en la dulcería Navarro, las bolsas con gofio, crocantes y churros se preparan con amor.
“Principalmente se hace el caramelo de coco, la leche de burra, maní crocante, coyolito, cajeta de masa, cajeta de leche, paletas chilindrinas, huevo chimbo”, comentó Félix Leopoldo Navarro Mendoza.
“La gente viene bastante a pedir venta, a veces no completamos todo porque son tantos los pedidos… Todos los años esta época es primordial porque se vende bastante. Yo hago el caramelo de coco, la leche de burra, el crocante, el chiclado, el sólido y el caramelo de maní”.
José Antonio Corona, dijo que “Estamos preparándonos para atender a nuestra clientela con la que trabajamos todo el año, gente de Masaya, Managua y Chinandega”.
Eduardo Torres se encarga de elaborar la paleta de colores o conocida popularmente como paleta Chilindrina, dulce que es el deleite de los niños y niñas.
Para elaborarla, Torres indicó que “cuando ya la miel está procesada tarda una hora y media, se amasa y estira, si la miel rinde pueden sacarse unas 40 bolsas de paletas”.
“En la fábrica de dulces tradicionales trabajan unas 24 personas entre familia y amigos de la propietaria la señora Jannet Navarro Mendoza, quien explicó que el negocio de elaboración de dulces es herencia familiar.
“Mi negocio lo inició la familia, es herencia de familia. Nosotros nos estamos preparando bastante fuerte porque son pedidos grandes los que nos vienen”.
Canastas de bambú llenas de dulces
María del Carmen, es una joven madre que desde muy temprano inicia su jornada para elaborar las canastas típicas que van cargadas de dulces como gofios, cajetas y piñonates, que se entregan en la P urísimas.
En su humilde vivienda ubicada en la comunidad rural Pacayita, ella contó que elabora estas canastitas como una manera extra de ganarse la vida y ayudarle a su esposo con los gastos.
El bambú con lo que sacan las mechas con lo que se entrelazará la canasta es extraído entre los arbustos de su terreno.
“Esto es en toda la temporada, pero más se venden en diciembre. Unos 300 sacos en la semana y en el mercado se venden a 250 córdobas el 100”.
“De la edad de 10 años aprendí hacer las canastas vigoroneras y las cajeteras, ahora me ayuda mi compañero que las armas”.
“Hay que sacar la hebra que es más difícil, la sacamos de la caña de bambú que se corta, se reja, se le sacan las rajitas y en capaz se saca la hebra, con unas 12 hebras se puede hacer una canastita”, concluyó.
Matracas y maromeros
Walkiria Latino elabora en su casa ubicada en Pacayita matracas que son entregadas al mercado de Masaya.
“Este es un negocio que nuestros padres lo comenzaron y así aprendimos nosotros”. Lo hemos retomado para tener un poco más de ingresos en la familia”.
Culminó diciendo que “Nosotros le distribuimos las matracas a los distribuidores del Mercado Ernesto Fernández. Trabajamos cuatro personas y cuando es temporada alta trabajamos hasta las 10 u 11 de la niche y comenzamos a las cinco de la mañana”.
Rescatando la tradición de las marionetas
El señor Inés Marcial Latino Ruiz tiene años rescatando la tradición de las marionetas.
“La verdad que esta tradición la hemos venido continuando desde hace unos 30 años, según nos cuentan los primeros que comenzaron esto eran José Oviedo y Adán Oviedo, anteriormente Reynaldo Latino con su esposa María Oviedo continuaron elaborando esto junto a sus hijos, luego aprendí yo y continúo con este bonito trabajo de artesanía como es la elaboración de maromeros”.
Sobre la importancia de mantener estas tradiciones, argumentó que “creo que la importancia de preservar esto está en mantener nuestra catolicidad, nuestra devoción, es decir, el homenaje a María ya que ella juega un papel muy importante dentro de la iglesia católica y nosotros muy devotos de ella la gritamos y celebramos el siete de diciembre”.
“Es un ingreso más porque a través de esto me he ayudado mucho para mantener a mi familia, actualmente trabajo con mi esposa y mis hijas”.
“Miles de juguetitos que van a diferentes lugares y municipios, juguetes que alegran a los niños, si o hubiese esto no hubiera alegría, finalizó Inés.
Devotas a las advocaciones
Olivia Asucena Vargas de 59 años, afirmó que “Soy devota. Me gusta celebrarlas aunque sea de depidito, pero yo le celebro a cada Virgen, por ejemplo para el siete de diciembre y el 14 de agosto la grito”.
“Tengo la virgen Santa Martha, Guadalupe, Fátima, Santa Gema, La medalla Milagrosa, la virgen la Merced y la Virgen María”.
“Mi papá murió de 105 años, murió hace 15 años y ya sus abuelos y papá ya la tenía a la virgen”.
“Ella es antigua, de los antepasados. Ella tiene su manto azul, sus manitas puestas, abajo la serpiente y tiene su media luna con sus estrellas de pie ante el mundo”.
“Como católica pido que hay que celebrarla para que ella siempre esté intercediendo porque primero Dios y ella después”.
“Estas tradiciones son importantes porque uno va dando a conocer primero a los hijos y después a los nietos para que ellos se acostumbren a tener esa fe, porque ya nosotros sabemos que esta imagen la celebramos y adoramos a Dios, así estos niños aprenden a buscar a Dos, la iglesia para que sigan adelante porque es una alegría y tradición”.
Restaurador de imágenes
Rolando Díaz Ocampo, contó que “Hace 50 años aprendí yo en el colegio, tenía interés y aprendí a encontrar la combinación de colores”.
“Gracias le doy a Dios y la Virgen Santísima que me dieron ese poder, me dieron inspiración para hacer esto. Ahora vienen personas de todas partes para que les retoque las imágenes”.
“Cuando vienen quebradas aquí las armamos, encalichamos las partes que vienen perforadas y le agregamos color”.
Iglesia preparada para festejar a la Inmaculada
Bismark Antonio Conde, párroco de la iglesia de Masaya, externó que “Masaya tiene una gran particularidad, recordemos que somos un pueblo eminentemente religioso y lo más grande de Masaya es que tiene bien marcada su piedad popular, Tesoro de América Latino a como lo llegó a afirmar el papa Benedicto VXI”.
“Masaya celebra el novenario a la Inmaculada Concepción de María y lo hace a través de los sectores en la que está dividida. El día 28 de noviembre la imágenes sale de la parroquia a diferentes casas donde se prepara un altar y a la cinco y media de la tarde se reza la novena, repartiendo todo lo tradicional de la purísima en esos días”.
“El culto a la virgen está de una manera nata en todos los católicos. Esta tradición nació con los Franciscanos, recordemos que ellos fueron uno de los grandes promotores de la devoción al novenario de la Purísima. Era tanta la gente que no alcanzaba en el convento que tuvieron que decidir ahora háganlo ustedes en sus casas, arreglen la imagen, pónganle flores y ustedes mismas recen el rosario, así nacieron las purísimas en Nicaragua”, finalizó.