El padre Miguel D´Escoto ofició una misa de acción de gracias en el marco de la jornada del 35 aniversario de constitución de la Policía Nacional y en ocasión del Día de la Virgen de La Merced, con una celebración litúrgica a la que asistió la Primera Comisionada Aminta Granera, miembros de la Jefatura Nacional de esta institución y cadetes de la Academia Walter Mendoza.

El padre Miguel co-celebró la misa junto al sacerdote Uriel Molina Oliú, quien por muchos años estuvo al frente de la Iglesia Santa María de los Ángeles del barrio El Riguero, en el distrito V de nuestra capital. La ceremonia religiosa se celebró en el auditorio de la citada academia policial.

Durante la homilía, el también ex canciller de la república, resaltó el trabajo, la vocación solidaria y el esfuerzo de la Policía por garantizar seguridad ciudadana y combatir fuertemente al narcotráfico y crimen organizado.

“En todas partes del mundo he oído palabras elogiosas a nuestra policía, nuestra querida Aminta, a Chombito (Walter Ferrety), a la Doris (Comandante Doris Tijerino y a los jefes de la policía ante, todo esto (logros policiales) es el fruto, uno de los frutos más lindo de nuestra Revolución, lograda por el sacrificio de todos nuestros héroes y mártires, y conducida fielmente por el mejor hijo de Sandino (General Augusto C. Sandino) que es nuestro Comandante Presidente Daniel Ortega”, señaló el padre Miguel cuando destacó el trabajo que realiza la policia.

La Directora de la Policía Nacional, agradeció al sacerdote nicaragüense por celebrar su primera misa y bendecir el trabajo de cada miembro de la institución.

“Es un honor que el padre Miguel D’Escoto haya tenido su primera misa oficial o haya respondido a nuestro invitación, que haya venido toda su familia que tiene fuera del país a compartir con la policía esta primera misa oficial en el día y en conmemoración de la Virgen de La Mercedes, que es patrona nuestra de la institución”, resaltó Granera.

Retomó las felicitaciones del Padre Miguel, indicando que todos los días agradece y pide a Dios, que bendiga a Nicaragua, que la policía seguirá redoblando esfuerzos para mantener los niveles de seguridad ciudadana en toda la nación.

“Señalaba los logros de la Policía Nacional a nivel internacional fundamentalmente, donde decía que no era para sentirnos orgullosos, sino que era para darle gracias a Dios, para darle gracias a este pueblo que es el protagonista fundamental de los logros que hemos conseguido en estos últimos años y para darle gracias a la virgen que es nuestra patrona y para continuar comprometidos en construir junto a nuestro pueblo y las demás instituciones del gobierno y del estado espacio más seguros para las familias”, manifestó Granera.

Agradece al Papa Francisco

Concluida la ceremonia, al padre Miguel se le preguntó cuáles eran sus emociones al celebrar una misa, y lo primero que hizo fue agradecer al Papa Francisco por haber revocado la “suspensión a divinis” que el entonces Papa Juan Pablo II le impuso el 5 de enero de 1985.

“Yo me siento feliz y agradecido con el Santo Padre por haberme quitado esa suspensión a divinis que me impedía celebrar la misa, pero también me siento muy agradecido con el espíritu santo y a nuestro Señor porque nunca sentí resentimiento, ni nunca tuve ningún mal sentimiento para los que me impusieron un castigo, que según la mayoría de los teólogos en el tema era injusto, pero no importa, yo estoy feliz”, señaló el padre Miguel.

También se le preguntó sobre el Día Internacional del Desarme de las Armas Nucleares, afirmando que aquellos que insisten en tener armamento de este tipo, “es una demostración de demencia, es algo espantoso, es algo espantoso porque las armas nucleares no es cierto que se han hecho para asustar a otros, fueron hechas para ser usadas, pero el único país en el planeta que se ha atrevido a lanzar una bomba atómica sobre un pueblo inocente ha sido los Estados Unidos y después de haber tirado sobre Hiroshima, tres días después sobre Nagasaki (…) que Dios ayude a exorcizar a nuestros hermanos de Estados Unidos para que queden libres del demonio terrorista y los demonios de la codicia y la guerra”.

D’Escoto pertenece a la Congregación misionera Maryknoll y es uno de los principales exponentes de la Teología de la Liberación. Nació el 5 de febrero de 1933 en Los Ángeles, Estados Unidos, y fue ordenado sacerdote en Nueva York, en 1961.