Una Naranja Mecánica imponente salió al terreno de juego en el Estadio Nacional de Brasilia la tarde de este sábado decidida a quedarse con el tercer puesto del Mundial Brasil 2014, propinándole una segunda paliza al onceno de Luiz Felipe Scolari con tantos de Robin Van Persie (3’), Daley Blind (16’) y Georginio Wijnaldum (90’ +1’).
La falta cometida por el capitán de la canarinha, Thiago Silva sobre el delantero Arjen Robben sentenció el partido con victoria a favor de Holanda desde el minuto 2 del encuentro.
Robben entraba al área y fue halado por Silva, lo que fue marcado por el árbitro central Djamel Haimoudi como penalti en una clara falta fuera del área y anotación regalada para los holandeses.
Al capitán de la Naranja Mecánica, Robin Van Persie le correspondió cobrar de manera impecable la pena máxima, venciendo al arquero del conjunto verdeamarela Julio César y poniendo contra la pared a los brasileños, ejerciendo presión en su juego.
Holanda obtuvo así, con un lugar en el podio del Mundial que el técnico Louis Van Gaal casi despreciaba y que para el capitán de la vapuleada selección de Brasil, Thiago Silva, era una cuestión "de honor", una apuesta que el fútbol más laureado del planeta también ha perdido en su propia casa.
Con esa madrugadora ventaja, Holanda cedió espacios y se dedicó a su especialidad. Aguantar atrás para sorprender con velocidad a la contra.
Brasil buscaba en medio del área la estatura de Jo, que hoy jugó en lugar de Fred, pero el delantero del Atlético Mineiro no llegó nunca y los centros iban de un lado al otro sin encontrar nada.
La sólida línea de cinco defensas formada por Van Gaal no pasaba por demasiados sustos, pero cada balón que llegaba a Robben o Van Pierse sumía en pesadillas a Thiago Silva, David Luiz y compañía.
Trece minutos después de ese primer tanto de Van Persie llegó la segunda anotación que ponía una clara ventaja para los países bajos sobre los suramericanos con marcador 2-0.
Holanda aprovechó un error en la salida de Brasil y Arjen Robben robó el balón por el correrdor de la derecha, habilitó a Jonathan De Guzman, quien llegó al fondo y mandó un centro que David Luiz rechazó al centro del área, donde se encontraba Daley Blind, quien bajó el balón y con un potente derechazo alto marcó el segundo gol del encuentro.
Cundió la desesperación en la selección brasileña, desapareció el poco juego de conjunto que había y el equipo de Scolari apostó en la individualidad.
Lo hizo con Oscar, una de las frustradas promesas de buen fútbol de la Canarinha en este Mundial, y también con Maicon, pero el muro holandés siempre fue más fuerte.
Los cambios que introdujo Scolari, que además de Fred sentó hoy al fortachón Hulk y al lateral Marcelo, no funcionaban y mucho menos servían para resolver el serio problema en el mediocampo de Brasil, un sector en el que nadie crea, nadie engancha y, peor aún, nadie marca.
Felipao intentó mejorar las cosas en la segunda etapa con el ingreso de Fernandinho en lugar de Luiz Gustavo. Logró un poco más de movilidad, pero cada uno de los muchos balones perdidos en la medular parecía el inicio de una nueva goleada, que esta vez no fue.
Tras los 90’ de juego, que indicaban una victoria 2-0 de Holanda sobre Brasil, llegó una nueva oportunidad para los holandeses, que de gran contragolpe de Arjen Robben, quien habilitó a Daryl Janmaat para que llegara al fondo del terreno de juego y mandara un pase preciso para la llegada franca de Georginio Wijnaldum quien, de derecha, venció a Julio Cesar y marcó cifras definitivas al encuentro.
Aunque parecía presentir que el equipo de Scolari no tenía cómo reaccionar, la hinchada brasileña dejaba claro que quería pasar la página del 7-1 alemán y no paró de alentar al equipo hasta casi el final, porque tras el tercer gol estalló en protestas.
Pero así como animaron casi hasta el final a sus jugadores, las tribunas no dejaron en paz a Felipao y lo abuchearon del primero al último minuto. Si hay un culpable del desastre de Brasil en casa, la "torcida" para haberlo encontrado.
La escuadra dirigida por Louis Van Gaal, derrotó a una selección brasileña que desde hace un buen tiempo dejó su "Jogo Bonito" y hoy es sólo un recuerdo de todo lo que ha realizado en anteriores mundiales.
Brasil concluyó su participación en este mundial con diez goles en contra en tan sólo dos partidos y sólo uno a favor, mientras que Holanda se despide en el tercer lugar y sin perder ningún partido, ya que sólo fue derrotado por Argentina en serie de penales en la semifinal.
Para Brasil queda la amargura de no haber podido llegar a conseguir la tan pretendida sexta copa y deberá replantearse lo que vendrá a futuro, un cambio que seguramente comenzará con Luiz Felipe Scolari, quien seguramente dejará de ser el entrenador, y seguramente varios jugadores que ya no volverán a ser convocados.