Vivir en el desierto tiene sus ventajas, en especial si uno aspira a momia, porque el clima seco contribuirá a preservarlo, aunque todo tiene su límite, como hoy, cuando los termómetros marcarán aquí 42 grados Celsius, publica Prensa Latina.
Ir a parar a un museo, sin restricciones púdicas, todo lo contrario: cuanta menos ropa, mejor, para que los estudiosos y científicas determinen qué uno comía y si en vida tenía caries, puede tener sus atractivos para algunas mentes libérrimas o exhibicionistas, que de todo hay.
La cuestión radica en sopesar si todo eso vale la pena cuando se contrasta con el insoportable calor anunciado por las autoridades meteorológicas, que será menor en el norte, cerca del Mediterráneo, sin que ello implique que sean menos insoportables.
El día comenzó en esta capital con cierta clemencia debido a la niebla, que se evaporará con la salida del sol, advierte el ente especializado, que en los países árabes termina sus pronósticos con la misma frase: "Inch Allah" (Si Dios quiere).
La comunicación meteorológica reporta que las temperaturas en esta capital "serán muy altas", hasta 42 grados Celsius, y provocarán un aumento en el consumo eléctrico debido al uso de los equipos de climatización en medio de una gran penuria de combustible para alimentar las plantas generadoras.
Es por ello que el organismo regulador de electricidad advirtió que este jueves disminuyó las cargas energéticas, que traducido al buen romance quiere decir suspensión del suministro durante horas y en varias ocasiones, y exhortó a los ciudadanos a ahorrar energía.
Aunque, para ser justos, ¿cuántos simples mortales están dispuestos a permanecer calmados ante temperaturas cuyo único aliciente es que pueden convertirlos en momias bien conservadas?