Unas 500 personas con banderas de Uruguay y carteles críticos hacia la FIFA se congregaron en el aeropuerto de Montevideo para recibir al futbolista Luis Suárez, expulsado el jueves de la Copa del Mundo por morder a un oponente.
Cantando coros como "¡el que no salta es un inglés!" y con pancartas con el rostro de Suárez, los hinchas uruguayos aguardaban por la llegada del delantero de 27 años, suspendido por la FIFA por nueve partidos con la selección y cuatro meses de cualquier actividad futbolística por el mordisco que propinó al italiano Giorgio Chiellini en un encuentro del Mundial.
"Vine a alentar a Suárez porque Suárez es el dios de la selección, le da el alma al cuadro", comentó Lucía Romanello, una niñera que estaba arropada por una bandera de Uruguay.
Clara Bragard, una estudiante que también portaba una bandera, consideró que "Suárez vivió una injusticia por parte de la FIFA, ya que todo el mundo está en contra de él. Que se sepa que los uruguayos estamos a favor".
Suárez viajó desde Brasil hacia Montevideo el jueves por la tarde, confirmó el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmar Valdez.
La sanción contra Suárez provocó indignación en Uruguay, un país de unos 3,4 millones de habitantes con una larga y rica tradición futbolística, que incluye dos campeonatos mundiales.
El ariete del Liverpool es un ídolo en su país, al que ayudó a alcanzar las semifinales del Mundial de 2010 y a ganar la Copa América del año siguiente.
Diego Suárez, el hermano menor del atacante y que juega con el club local Miramar Misiones, dijo a The Associated Press sentirse "muy triste" por una sanción que considera "increíble".
"Lo atacan porque vende", afirmó Diego Suárez. "Lo atacan porque le gusta ser como es y no soportan todo lo que le puede dar un país".
Diego Lugano, capitán de la selección Celeste, escribió en su cuenta de Facebook un mensaje de respaldo a Suárez.
"Abrazo a Luis, quien como siempre se levantará, y principalmente a la familia que es la que más sufre en estos casos, sigan sintiéndose orgullosos de él, lo merece", escribió el zaguero de West Bromwich Albion. "A nosotros no nos detendrá nada. Seguiremos adelante con humildad, unión, compromiso, reconocimiento de los errores y con la cabeza siempre erguida".
Desde el gobierno, la ministra de Turismo y Deporte, Liliám Kechichián, indicó que "nos duele la desmedida sanción",
"Ahora ver cómo ayudamos al ser humano y cómo este grupo saca lo mejor de su clase y de su amor a la 'Celeste''', dijo la ministra Liliám Kechichián.
Valdez, líder de la AUF, anunció que el organismo apelará la suspensión, aunque la FIFA enfatizó que el castigo seguirá en pie mientras se cumple ese proceso.
"Los errores en la vida se pagan, esa es la realidad. Luis ya los ha pagado", expresó Valdez.
En la calle, las reacciones fueron viscerales.
Juan José Monzillo, un exfutbolista de 48 años que hoy atiende un puesto de venta de frutas y verduras, dijo que el castigo fue injustamente severo.
"Que haya existido sanción está bien, porque lo que hizo Suárez fue antideportivo. Fue muy estúpido", dijo Monzillo, con los auriculares puestos mientras escucha las noticias sobre el caso. "Pero la sanción es muy exagerada, no tiene nada que ver con lo que pasó".
Y Monzillo de inmediato despachó el sentir generalizado en el país, de que Uruguay es la víctima.
"Es evidente que influyeron cosas extra deportivas, claramente quisieron sacar del Mundial a Suárez. Uruguay es un país chico, eliminó a dos grandes como Italia e Inglaterra y a la FIFA no le sirve que siga en el Mundial. Estoy triste por Suárez, pero no por la selección, a la que con Suárez o sin Suárez, le tengo una fe bárbara".
Claudio Paolillo, director del semanario Búsqueda y presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), indicó que "Suárez es inmaduro y autodestructivo".
Pero también criticó al organismo regente del fútbol mundial: "Pero, ¿la FIFA hablando de 'mordidas'? ¡Es un enorme cartel de delincuentes, coimeros y mafiosos!".
La FIFA informó que el castigo de Suárez comienza de inmediato, y se perderá el partido del sábado entre Uruguay y Colombia por los octavos de final del Mundial.
Lo ocurrido el martes en el partido contra Italia es el tercer episodio en el que Suárez muerde a un rival en un partido, ya que protagonizó situaciones similares con Ajax y Liverpool.
La FIFA también le impuso una multa de 100.000 francos suizos (112.000 dólares). El ariete tiene prohibido entrar a cualquier estadio de la Copa del Mundo, o incluso entrenarse con Liverpool hasta fines de octubre.