Cristiano Ronaldo se marcha hoy de Brasil con las manos vacías pese a marcar su tercer gol en el tercer Mundial de su carrera, si se mide por el tiempo reglamentario de 90 minutos, el astro portugués necesitó 443 minutos para volver a estremecer las redes.

El anterior gol, su segundo en un Mundial, lo firmó a los 87 minutos del partido de la segunda jornada de grupos que Portugal ganó por 7-0 a Corea de Norte el 21 de junio de 2010, en Sudáfrica.

El equipo de las Quinas superó la fase de grupos de ese Mundial pero pinchó en octavos con España (1-0), a la postre la campeona. Y en Brasil 2014 apenas pudo jugar los tres primeros encuentros pues Alemania y España se quedaron con las plazas de esta llave para jugar la instancia de octavos de final.

Sin un rendimiento destacado en Brasil y con una eliminación prematura, Cristiano Ronaldo se convierte en la cuarta víctima de la maldición que anula la magia a los dueños del Balón de Oro que juegan un Mundial, como en carne propia lo sintieron Luis Figo en 2002, Ronaldinho Gaucho en 2006 y Lionel Messi en 2010.

Todos ellos pasaron por esas copas del mundo sin marcar goles.

Pero hoy la decepción personal que acompaña por su mal rendimiento al astro del Real Madrid es mayor pues sus dos grandes rivales en el mundo, las figuras del Barcelona Messi y Neymar, se roban los flashes de las cámaras en el Mundial de Brasil y son los máximos goleadores tras anotar cuatro tantos cada uno.

La verdad es que el Mundial se resiste a Cristiano Ronaldo.

El de Santo Antonio do Funchal hizo su primer gol en un Mundial el 17 de junio de 2010 a través de un penalti que sirvió para cerrar la victoria por 2-0 sobre Irán en fase de grupos.

Firmó otro que no cuenta, en la tanda de penaltis frente a Inglaterra que les dio el pase a los cuartos de final.

En total, Cristiano Ronaldo ha jugado en su carrera catorce partidos pues de Alemania, la selección de Portugal salió con el tercer puesto (7), de Sudáfrica paró en octavos (4) y ahora en Brasil, que no pasó de la fase de grupos (3).

A pesar del divorcio con el gol en los mundiales, la selección de Portugal debe al jugador de 29 años su presencia en Brasil por el triplete con el que castigó a Suecia en el partido de vuelta de la repesca jugado el 19 de noviembre del 2013 en Estocolmo.

Es noche mágica también le abonó méritos para alzarse con el Balón de Oro que le entregó la FIFA en Zúrich el 13 de enero.

Si el protagonismo de los goles de Portugal en los últimos mundiales ha recaído sobre los compañeros del exjugador del Manchester United, su nombre tiene un sitio de privilegio en la historia de la selección lusa.

Cristiano Ronaldo se convirtió el 5 de marzo pasado en el máximo goleador, con 49, al infligir dos de los cinco que sufrió Camerún en un partido amistoso jugado en Leiría.

Cinco años después de levantar por primera vez el Balón de Oro y a meses de conquistar con el Real Madrid la Décima Champions, una lesión en la rodilla izquierda se encargó de ayudar a minar las pretensiones de gloria de Cristiano Ronaldo.

La maldición continúa. El portugués es la última víctima.

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