Nicaragua ha tenido mujeres heroicas y dispuestas a participar en la transformación de la nación desde los distintos espacios, poniendo como garantía sus vidas y simplemente por ese compromiso de lucha, de amor y abnegación a su tierra.

En Granada, Nicaragua, nació la guerrillera Claudia Chamorro, del seno de una de las familias más representativas de la aristocracia granadina, en el año de 1955, estudió en el Colegio María Auxiliadora y desde muy pequeña dio muestra de ser una muchacha alegre, jovial y amistosa.

Los que la conocieron la describen como una muchacha hermosa, bella, alta, rubia, blanca y ojos verdes, físico que según el profesor e historiador, José Mondragón Mondragón, era admirado por varones y mujeres, además de su buena posición social, siendo esto último la que la hacía gozar de privilegios de la clase dominante, en una ciudad conservadora, como la Granada de esa época.

Claudia Chamorro dio muestra de conciencia social al integrarse al cuerpo de bomberos de Granada y a la Cruz Roja, demostrando valentía en ambas instituciones humanitarias, sin importarle su posición social. “Luego se incorporó a la lucha guerrillera que encabezaba el Frente Sandinista, lo que causó un gran impacto, sobre todo en el pueblo de Granada. Porque se preguntaban, ¿cómo era posible que una muchacha como Claudia se integrara a las filas del Frente Sandinista, que era comunista?, decían los miembros de la aristocracia granadina”, recordó Mondragón.

Por otro parte, el impacto positivo que causó la participación de Claudia Chamorro en la guerrilla, también ayudó a fortalecer la apertura del FSLN hacia los distintos estratos sociales, hombres y mujeres, ricos y pobres, que deseaban una Nicaragua mejor.

Claudia estuvo en la dirección de la guerrilla, coordinándose con compañeros como Eduardo Contreras, Carlos Agüero y Pedro Arauz, entre otros.

El 9 de enero de 1977, en un choque con la Guardia Nacional, muere en combate, cubriendo la retirada a un grupo de compañeros encabezado por el comandante Francisco Rivera Quintero, a quien ella llamaba cariñosamente “Chelito”.

Para el profesor Mondragón, la guerrillera Claudia Chamorro es una gloria del pueblo de Granada, por su amor y entrega, hasta dar la vida por los más necesitados.

“Merece que su nombre aparezca en monumentos, escuelas y calles de nuestra ciudad, para que las generaciones futuras conozcan quien era esta bella muchacha, que rompió las barreras sociales y políticas por amor a su pueblo”.

Mujer decidida a la labor humanitaria

El Comandante Everth Marenco Torres, director del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Granada, fue uno de los compañeros que trabajó con Claudia Chamorro en las labores propias de la institución, recordando a la guerrillera como una mujer decidida, porque “ella quería colaborar directamente al cuerpo de bomberos. Cuando estaba de servicio, ella cumplía. Ella llenaba de alegría y entusiasmo, nos hacía pasar momentos muy agradables. Una de las cosas que caracterizaron a Claudia Chamorro es su entusiasmo al servicio, de hacer las cosas inmediatamente”, recordó el comandante Marenco.

El benemérito cuerpo de bomberos de Granada lleva el nombre de Claudia Chamorro, en honor a esta heroica mujer que dejó su condición social para apoyar a los más desprotegidos y se convirtió en la primera mujer dentro de los bomberos de Granada. En 2013, en honor a Claudia y a otros bomberos considerados héroes y mártires, se develizó una placa en dichas instalaciones.

Un ejemplo

“Ella es el ejemplo de las mujeres heroínas que lucharon en el proceso revolucionario, Claudia deja el seno de comodidad de su familia para luchar por los pobres. Por eso nosotras las mujeres tomamos el legado de Claudia Chamorro” manifestó la Diputada María Lidia Mejía, directora de la Casa de la Mujer Granada, misma que lleva por nombre “Claudia Chamorro”. En esta casa se reúnen mujeres de todos los sectores de Granada para recibir capacitaciones técnicas en diferentes áreas.

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