La ultraderecha fascista de Venezuela, en unión con la derecha internacional, incluyendo al partido político Diario La Prensa de Nicaragua, venían planificando desde el año pasado un golpe de estado en contra del Gobierno Revolucionario del Presidente Bolivariano Nicolás Maduro.
La conjuración de la ultraderecha internacional y los grupos fascistas de Venezuela tal y como es su costumbre, comenzaron publicando artículos que salían al unísono, con alguna variante, en todo los medios de comunicación que manejan esos grupos dentro y fuera de Venezuela, atacando sin misericordia al Gobierno Bolivariano de Venezuela.
Esos ataques, por supuestos, estaban llenos de mentiras e infamias, pero servían para ir maquillando lo que en el fondo era perpetrar un golpe de estado.
El principal objetivo era desabastecer mercados y supermercados a lo largo y ancho de Venezuela, escondiendo los productos para que se pudrieran y el pueblo comenzara a protestar, porque es el pueblo es que sufre, pues la oligarquía siempre se apoltrona en sus sillones, sin importarle que el pueblo venezolano sufra lo indescible.
A pesar de los ingentes esfuerzos realizados por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro por mantener abastecidos los centros de compra, los fascistas, con su inmenso capital económico proveniente del exterior, barrían con todos los productos para después lanzarlos a la basura. De esa manera, dejaban vacíos los estantes de mercados y supermercados.
Al ver que esa estrategia no les funcionó, porque el Gobierno Bolivariano volvía a abastecer los centros de compra, entonces recurrieron al objetivo final: llamar a la violencia indiscriminada.
Esa violencia indiscriminada desatada por los fascistas venezolanos, por supuesto que está bien mancomunada con los medios de comunicación de la ultraderecha internacional, entre cuyos principales miembros se encuentra el partido político DIARIO LA PRENSA DE NICARAGUA.
Como era de esperarse, solo dos gobiernos, Sebastián Piñera de Chile, y Juan Manuel Santos de Colombia, para mejor seña, derechistas, apoyan el intento e infame golpe de estado.
Pero sucede que el Gobierno Bolivariano de Venezuela no se encuentra solo, por el contrario, tiene el apoyo de la inmensa mayoría de los pueblos latinoamericanos y caribeños y de otras regiones del mundo.
La voz de alerta ya la dio la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), denunciando al mundo que fuerzas tenebrosas dentro de Venezuela intentan dar un golpe de Estado con el apoyo de pocos gobiernos injerencistas que aun creen estar en el pasado.
En Nicaragua, país solidario, el Presidente Comandante Daniel Ortega, ya denunció, con voz firme que no se tolerará ningún golpe de estado en Venezuela, porque los pueblos de América Latina se levantarán en apoyo al gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
En esa misma línea, la Primera Dama de la República de Nicaragua, Rosario Murillo, fue tajante y rechazó de plano, lo que considera injerencismo por parte del imperio estadounidense, en complicidad con la derecha servil.
“La derecha lo que quiere es extender en Venezuela una cultura de odio, cuando lo que promueve la Revolución Bolivariana es el amor” recalcó Murillo.
Mientras tanto, a lo largo y ancho de Venezuela, la inmensa mayoría del pueblo, consciente de que los empresarios cavernarios buscan únicamente defender sus intereses partidarios y económicos, les dio una vez más la espalda, por lo que a los fascistas no les queda más que continuar su “guerra” en los medios de comunicación de la ultraderecha.
Aunque la conjura del intento de golpe de estado de la ultraderecha y los fascistas ya fue controlada por el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, los pueblos latinoamericanos, caribeños y del mundo, deben estar pendientes, porque estos grupos buscarán otras fórmulas para intentar desestabilizar el Gobierno Revolucionario de Venezuela.
Mientras los pueblos de NUESTRAMERICA vigilan, poco a poco a la derecha recalcitrante se le terminarán sus opciones, y les pasará como al mitológico ICARO, quien en su deseo de llegar al sol, se le derritieron sus alas de cera.
Así sea. Así será.