Representantes de Corea del Sur y Corea del Norte celebraron este miércoles su primera reunión de alto nivel en siete años para abordar el histórico encuentro de familias separadas, programado para finales de este mes.

La cita a puerta cerrada que se alargó durante horas, como suele ser habitual en las reuniones intercoreanas, sembró las esperanzas en torno a un acercamiento duradero de dos vecinos enfrentados.

Los delegados de ambos Gobiernos se encontraron en el lado Sur de la Aldea de la Tregua de Panmunjom (noroeste), ubicada en la frontera que separa a Norte y Sur, indicó una portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano, citado por EFE.

No obstante, la reunión comenzó con discrepancias entre los representantes de Norte y Sur sobre los temas a tratar.

La delegación surcoreana asistió a la reunión con la intensión de garantizar la celebración del próximo reencuentro de familias divididas -del 20 al 25 de febrero en el monte norcoreano Kumgang- y de convencer a su contraparte para regularizar este tipo de eventos humanitarios.

Por su parte, Corea del Norte no adelantó detalles sobre sus propuestas para la histórica reunión, a pesar de que ambas han manifestado su voluntad de abrir una etapa duradera de entendimiento tras años inmersas en un ciclo vicioso de tensión-distensión.

El primer encuentro de alto nivel entre los Gobiernos de las dos Coreas en siete años -el anterior fue en 2007- está encabezado, del lado surcoreano, por el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de la Oficina Presidencial, Kim Hyun-kyou, mientras que del lado norcoreano está encabezado por el vicedirector del Departamento del Frente Unido del Partido de los Trabajadores, Won Dong-yon.

Ambos Gobiernos acordaron la semana pasada celebrar una próxima cita en la que 100 familias del Norte y otras 100 del Sur se reunirán con sus parientes del otro lado de la frontera a los que no han visto desde hace más de seis décadas.

El programado reencuentro familiar sería el decimonoveno desde 1985 y el primero en más de tres años, desde octubre de 2010.

Decenas de miles de coreanos, casi todos ancianos hoy en día, no han podido retomar el contacto con sus familiares del otro lado de la frontera desde que el primer conflicto armado a gran escala de la Guerra Fría confirmara la división en dos de la península entre el Sur capitalista y el Norte comunista.

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