La derecha fundamentalista que se autoproclama la primera defensora de la Constitución, reveló con mayor claridad cómo concibe al Estado de Nicaragua y, por consiguiente, su bananera versión de “democracia”, demoliendo los Principios Fundamentales de la Carta Magna.
A partir de ahí, se entiende por qué el partido impreso, “La Prensa”, actúa, articula y dirige a unos políticos que así pagan su precio, para poder aparecer en sus páginas.
Hay que diferenciar a la centroderecha de los ultraconservadores, incluida sus siglas infra minoritarias, toda vez que la primera asume Nicaragua como un Estado soberano y los segundos hacen el papelazo de ofrecidos a las metrópolis, sin que se lo estén pidiendo hasta esos niveles de humillación.
Más de alguna vez hubo en Washington voces que daban la cara por el país reducido a traspatio en la era de los T. Roosevelt, Taft…, debido a la actitud sin vergüenza de personajes, lamentablemente nicaragüenses, que parecían haber inspirado el viejo logotipo de la RCA Victor, La Voz del Amo. Ese mal, lejos de constituir episodios de un pasado superado, insiste en actualizarse y con muchas aberrantes aplicaciones.
El tema del Canal Interoceánico se volvió, para bien o para mal, en una suerte de elixir de la verdad. Es así que la derecha macartista expuso de fondo su obstinado rechazo, sin graduación política, al proyecto, para invocar la Edad de Piedra de los Estados Unidos. Sus líderes que demonizan la reelección, reivindican con todo el orgullo de la Calle Atravesada en nuestra Historia, que Nicaragua es “el patio trasero” de la gran potencia.
Desaparecida la Guerra Fría, aunque no de la nostalgia activa de la derecha extrema, quieren fabricar otra, pero caliente, entre Washington y Pekín, y nosotros “en medio”, cuando de todos es sabido que fue Nixon, con su Diplomacia del Ping Pong, quien extendió la alfombra roja de Occidente a Mao Tse - Tung.
Hoy, China es el gran acreedor de Estados Unidos. El fluido de negocios y la interdependencia económica entre los dos colosos exigen una nueva narrativa en la que ya resulta ridículo por mohoso, desempolvar el pasquín anticomunista de “la defensa del mundo libre” frente a la “amenaza de las ideas exóticas y ajenas a nuestros valores cristianos y occidentales”.
Anticomunistas fanáticos
Tras señalar que “el problema principal del proyecto de construir el canal interoceánico…, no sería quizás el factor financiero”, el partido impreso de los Chamorro – Bryan, el 14 de diciembre, descalifica a la República Popular China utilizando el término “comunista” como enseñó el fanático ultraderechista Joseph Raymond McCarthy.
“O sea que si detrás del plan canalero está el gobierno de China comunista —y lo más probable es que esté allí—, la insostenibilidad comercial y financiera viene a ser asunto secundario, pues la verdadera viabilidad del canal sería la geopolítica y estratégica”, descalifica.
“China tiene todo el dinero necesario para construir esa y muchas otras obras (…), y si los líderes comunistas chinos están convencidos de que pueden afincarse en Centroamérica, EN EL MISMO PATIO TRASERO de EE.UU., seguramente lo van a hacer o al menos lo intentarán”, atiza.
Ahora se entiende por qué la derecha subalterna nunca contó con una visión de nación para sacar a nuestro país de la miseria: le dio largas al tema del Canal; nunca se propuso el cambio de matriz energética; despreció a los que dejaron parte de su vida en el trabajo o en la guerra, eliminándole las pensiones; jamás se interesó en unir el Pacífico con el Caribe, y un largo y triste etcétera.
Somos Estado, no patio
El Artículo 1 de los Principios Fundamentales de la Constitución no promulga que Nicaragua es el Patio Trasero de nadie. Con o sin reformas establece: “La Independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional, son derechos irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense. Toda injerencia extranjera en los asuntos internos de Nicaragua o cualquier intento de menoscabar esos derechos, atenta contra la vida del pueblo. Es deber de todos los nicaragüenses preservar y defender estos derechos”.
Artículo 6: “Nicaragua es un Estado independiente, libre, soberano, unitario e indivisible”.
Tampoco dice la tan “llorada” Constitución, que Nicaragua logrará “la integración política del Patio Trasero de EE.UU.”
Artículo 9: “Nicaragua defiende firmemente la unidad centroamericana, apoya y promueve todos los esfuerzos para lograr la integración política y económica y la cooperación en América Central…”.
Un día después, el mismo partido de los Chamorro - Bryan que no termina de digerir a Obama, le encara por un simple saludo al presidente Raúl Castro, que es “líder de un gran país que se precia de ser adalid en la defensa de los derechos humanos y los valores de la libertad y la democracia como es Estados Unidos”.
Si la ultraderecha viola lo más trascendental de la Constitución, al degradar a Nicaragua de Estado independiente a Patio Trasero de la Casa Blanca, ¿de qué valores, de qué libertad y de qué democracia está hablando?
He ahí el “pecado imperdonable” que ha cometido el Frente Sandinista: devolverle a Nicaragua la dignidad de ser República y no patio trasero. Ahora entendemos por qué tanto odio contra los líderes del verdadero sandinismo...