En 1979 triunfó la Revolución Sandinista, y en 1980 los imperialistas, siempre malos perdedores, empezaron su guerra contra la transformación social, solo querían que el pueblo volviese al pozo del que había salido, y asesinaron a 30.000 nicas. El genocidio yanqui sería juzgado y se condenó a los tales a un pago multimillonario que, como siempre a lo largo de su historia, incumple. Pero en 1990 el pueblo no retuvo su poder y en las elecciones los proyanquis formaron su gobierno, y durante 16 años liquidaron las conquistas sociales del FSLN.

16 años para que el pueblo se hiciese nuevamente dueño de su presente y su futuro y ya no ha dejado de crecer. Tanto odio arrastra la proyanquicia, o prodesquicia, que en 2018 la burguesía mercenaria del imperio sacó sus cuentas y pensó que, si el pueblo continuaba progresando, se iba a desentender de ella, y entonces no iba a volver a robarle sus bienes. Por eso lo intentó por la fuerza, y fracasó, sus huestes destruyeron, quemaron, asesinaron, hicieron daño al país, … pero no consiguieron su propósito. Ya saben la historia.

Por fin se alcanza el nivel económico de aquel año del intento de golpe fascista. El progreso ha sido espectacular y va a seguir. Teniendo presente la persecución imperialista, si Sandino está viendo la constante mejora tendrá una gran sonrisa de satisfacción. Él sabe también que los yanquis no dejarán nunca de hacer daño, y por eso ahora que han perdido a su 5ª columna, la mano fascista del interior, han implementado otra forma de agresión, el acto de guerra que llaman “sanciones” decretándolas bajo los títulos de “Ley Nica” y “Ley Renacer”, con ello quieren cortar la financiación de Nicaragua y su comercio con el exterior.

Harán daño, pero Nicaragua tiene la capacidad de superación de dificultades más asombrosa, siempre vence, siempre sabe posicionarse, siempre practica los principios más honorables, su administración, su buen hacer, ha conquistado derechos sociales para todos, ha puesto en marcha la formación de su población a todos los niveles de la sociedad ejemplar que quiere ser, se ha posicionado internacionalmente del modo en que se propone defender su soberanía y su independencia, y hoy la sonrisa amplia de Sandino es orgullo de sus hijos, ¿por qué?, porque las conquistas victoriosas son diarias. Repasemos la nota informativa de la presente semana, entregas: Viviendas nuevas, calles, carreteras, caminos, clínicas móviles, fuentes de agua potable, comida, colegios, parques, centros culturales, créditos a la producción y el empleo, cursos de todas las profesiones, terrenos con títulos de propiedad, campaña de usura cero, paneles solares, generación fotovoltaica, energía eléctrica, hospitales, universidades, …

Sandino está viendo que sus hijos cumplen con la idea que él tiene de país libre. Sus hijos hablan por boca de Daniel y de Rosario, y ninguno olvida lo que los yanquis y los traidores le hicieron, a él, como no olvidan lo que hicieron a Carlos Fonseca, a Camilo Ortega, y a tantos otros.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Internacionalista e integrante de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.

Comparte
Síguenos