El presidente Barack Obama volvió a culpar este martes a los republicanos del bloqueo político que puede llevar al país a la primera suspensión de pagos de su historia.

El presidente advirtió en rueda de prensa que Estados Unidos se juega ahora su "buen nombre" porque parece que el país no sabe "controlarse" y se arriesga a no cumplir con sus "obligaciones financieras por primera vez en 225 años". "Nadie en el pasado ha amenazado nunca con no aumentar el techo de deuda hasta los últimos dos años", dijo Obama, que citó a quienes dicen que una suspensión de pagos sería algo "loco", "catastrófico" y, como asegura el inversor Warren Buffett, "una bomba atómica".

El presidente acusó al partido de la oposición de "pedir un rescate por hacer su trabajo", es decir "aprobar el presupuesto y pagar las cuentas" sobre el gasto ya autorizado.

Obama se quejó una vez más de que los republicanos utilizan la amenaza de recesión para suspender la reforma sanitaria que ya ha entrado en vigor. "No podemos permitir a elementos extremistas del partido republicano lanzar amenazas contra nuestra economía. No podemos hacer de la extorsión una rutina parte de nuestra democracia", dijo.

Obama ya hizo una declaración con un mensaje parecido la semana pasada, pero la tensión crece mientras se acerca la fecha límite para un acuerdo para evitar una crisis global.

El Tesoro estima que tendrá que suspender pagos el 17 de octubre si el Congreso no eleva el umbral legal de deuda pública. El techo permitido está ahora en unos 12,2 billones de euros al cambio actual del dólar. El Tesoro asegura que a partir del jueves de la semana próxima no tendrá recursos para pagar todas sus cuentas.

La Casa Blanca aseguró este lunes que está dispuesta a aceptar un pacto que eleve el umbral para aguantar aunque sea unas pocas semanas más mientras demócratas y republicanos intentan otra vez negociar.

Una decisión rutinaria

La subida del techo de deuda ha sido durante décadas una decisión rutinaria. Se ha tomado 45 veces desde Ronald Reagan. El umbral está en la legislación desde 1917. Pero nunca como ahora el riesgo de suspensión de pagos había sido parte del debate político en Estados Unidos.

Desde que los republicanos consiguieron el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de 2010, las desavenencias sobre cómo rebajar la deuda han provocado varias crisis.

En agosto de 2011, el país ya estuvo al borde de la suspensión de pagos. La pasada Nochevieja, un acuerdo de madrugada evitó recortes indiscriminados y automáticos a los que ambos partidos se oponían. Y ahora la crisis sobre el techo de deuda coincide con el cierre desde el 1 de octubre de parte de los servicios de la Administración federal porque el Congreso no ha votado para financiar el Estado.

Los republicanos aseguran que no aceptarán elevar el umbral o financiar la Administración mientras Obama no acepte negociar más recortes, si bien no especifican de qué tipo.

Hasta ahora, la demanda para 'reabrir' el Gobierno era que Obama retrasara la aplicación de parte de la reforma sanitaria, que entró en vigor este mes y fue legitimada por el Tribunal Supremo en 2012.

La Casa Blanca y sus opositores están enzarzados en una batalla retórica poco esperanzadora. Antes de la rueda de prensa, el presidente llamó a John Boehner, el republicano que lidera la Cámara de Representantes, pero la conversación no resultó en ningún avance claro.

Boehner se queja de que Obama no quiere negociar y asegura que esta posición "es insostenible". El presidente replica que quiere hablar, pero no con "una pistola en la sien", es decir mientras siga la amenaza de la suspensión de pagos.