Las manos de doña Olga Picado son el reflejo de años de trabajo que con amor, esfuerzo, dedicación y empeño muestran en cada elaboración de artesanía de pita la laboriosidad que heredó de sus abuelos.
Doña Olga es una de las artesanas de Pita de la comunidad Mombacho, que inició a trabajar con Pita a la edad de 8 años junto a su mamá en la elaboración de sombrero, pero que actualmente los comercializa en el municipio de Camoapa, departamento de Boaco.
“Nosotros compramos la palma, el corte de 15 cogollo desde 40 o 50 córdobas. Luego que compramos la palma hacemos el sombrero que inicia con un cuadro, lo armamos, y después tenemos la variedad en bolso, abanico, tortillero, porta vaso, floreros, abanicos”, apuntó.
Las familias que se dedican a la artesanía adquieren la materia prima de la Comarca Masigue del municipio de Camoapa. Es vendida en el mercado de Camoapa o entregada directamente a los artesanos.
Apoyo del gobierno
Comentó que el proceso lo realizan las ripiadoras, ella compra el material listo para elaborar la artesanía, que con el apoyo del gobierno ha tenido un avance en cuanto a mejorar la calidad del producto.
“Yo tengo 44 años de elaborar sombrero y 30 años de elaborar otros diversidad de productos, pero cuando gana el gobierno del Comandante Daniel Ortega, lo primero que recibimos fue capacitación a través del Ministerio de Economía Familiar y el INTUR, nos capacitaron en calidad, atención al cliente, computación entre otros temas”, expresó.
El proceso de producción consiste en el corte de palma, deshilachado, transporte al área de cocido, cocido de la palma, transporte al área de lavado, tiempo de espera, transporte al área de secado, tiempo de secado, almacenamiento.
Recordó que con estas capacitaciones su producto mejoró en la calidad y en cuanto a diseños.
“Yo conozco casi toda Nicaragua gracias a las ferias y esto fue posible gracias al gobierno, el único que se ha interesado por nosotras las mujeres emprendedoras en cuanto a nuestras artesanía propia de nuestras raíces”, contó.
Esta mujer artesana, aseguró que si se puede salir adelante "al mostrar las habilidades que tenemos y que están en nuestras manos".
“Yo trabajo con capital propio, mi equipo de trabajo son familiares y mujeres de la zona, quienes unidas trabajamos para sacar pedidos que son comercializados a nivel nacional e internacional”, agregó.
Mencionó que en temporada de diciembre venden abanicos, panitas para la purísima y bolsos de todo tamaño, “mi trabajo no lo exporto por mi cuenta, pero tengo clientes que me lo compran y lo llevan fuera del país a Panamá, Estados Unidos y Costa Rica y saber que mi producto es conocido fuera del país me da alegría, además de generar más ingresos”.
Contó que cuando los pedidos están fuertes, se levanta a las 4:00am, “hago las cosas del hogar y me siento a trabajar hasta la media noche y si es necesario paso hasta la madrugada”.
Un sombrero fino se hace en 8 horas, un rústico (cuape) se puede hacer en 12 horas, pero sin descanso. Se llama cuape porque es de dos o tres piezas.
La pita (Carludovica palmata) es una planta silvestre resistente a terrenos áridos. Las hojas presentan forma de abanico, su limbo tiene cuatro lóbulos cada uno de ellos está dividido en segmentos lineales de forma aguda y su pecíolo mide hasta 3 metros de longitud.
El año próximo tiene como meta inscribir su marca.
Doña Olga es madre soltera y su trabajo le permitió sacar adelante a su hijo, quién es licenciado en enfermería y actualmente trabaja en el Centro de Salud de Camoapa.
La pita tiene diversos usos, entre ellos la extracción de fibra textil de sus hojas, con las que se tejen sombreros, cuerdas, artesanías y producción de bebidas alcohólicas. Los que se dedican a la obtención de esta materia prima son denominados ripiadores o sacapalma.
Suéter de segunda convertidos en hamaca
Para conocer más de nuestros artesanos nicaragüenses, nos trasladamos hasta la comunidad Arcoiris en Ciudad Darío, para conocer el proceso de la elaboración de hamacas de hilo y seda.
Don Teódulo Urbina López, es otro artesano que tiene 50 años que se dedica a la elaboración de hamaca que heredó de sus padres, “nosotros compramos suéter de segunda para sacar el hilo para elaborar las hamacas”.
En un día, don Teódulo elabora 3 hamacas de hilo. Utiliza 3 suéter para elaborar una hamaca.
Las hamacas son comercializadas en Matagalpa, Estelí, Sébaco a precios por unidad a 200 córdobas.
Doña Olga y don Teódulo son artesanos que muestran desde sus emprendimientos, que si se puede salir adelante, dejando impregnado en cada artesanía, en cada hamaca, las habilidades que heredaron de sus abuelos y padres, dejando claro que el nicaragüense es trabajador y trae en sus venas el don del arte, el ingenio, la creatividad y la cultura.