Las fuerzas de seguridad del Gobierno de facto egipcio arrestaron este martes al líder de la Hermandad Musulmana (HM), Mohamed Badie, tras ser ubicado en un complejo residencial en Ciudad Nasr, noreste de El Cairo, por el servicio de inteligencia, de acuerdo a lo informado por el Ministerio del Interior del país africano.
Días atrás, las autoridades de facto ya habían detenido y encarcelado a Khairat al-Shater, jefe adjunto del grupo; a Mahdi Akef, exlíder supremo de la agrupación, y Saad al-Katatni, líder del Partido de la Libertad y la Justicia, brazo político de la HM.
En total, seis de los dirigentes de la Hermandad, entre ellos Badie y Al-Shater, son acusados por el Ejército de incitar al asesinato de manifestantes en Moqattam, en El Cairo.
Este arrestó se efectuó durante las primeras jornadas de la denominada “semana de la ira", convocada por los HM, para continuar las protestas contra la sangrienta represión que sufren los partidarios del depuesto presidente, Mohamed Mursi, desaparecido en manos del Ejército desde el pasado tres julio, cuando fue víctima de un golpe de Estado militar.
En vista del arresto, los Hermanos Musulmanes ya nombrado a Mahmud Ezat como nuevo guía espiritual, de manera provisional, según la televisión estatal egipcia, ya que Ezat era el segundo al mando en el organigrama de la agrupación.
De esta manera, el nombramiento de Ezat cumple las normas internas de la Hermandad, que dictan que el “viceguía espiritual” debe sustituir al máximo dirigente en los casos de ausencia fuera del país, enfermedad o cualquier motivo de emergencia que le impida llevar a cabo sus funciones.
Ezat, de 69 años de edad ha sido miembro del Consejo Espiritual de los Hermanos Musulmanes desde 1962 . Junto a Al-Shater y Hassan Malek, Ezat fue detenido bajo sospecha de participación en el caso Salsabil entre 1992 y 1993. En 1995, fue encarcelado por liderar una organización ilegal y en enero de 2008 volvió a visitar la prisión por participar en manifestaciones contra los ataques israelíes a la franja de Gaza.
Desde el el golpe de Estado del pasado 3 de julio, Egipto vive una crisis política y social que se refleja en diarios enfrentamientos entre partidarios de Mursi y las tropas militares.
Hasta la fecha, la violenta represión policial ha dejado más de un millar de muertos en menos de una semana, junto a decenas miles heridos en todo el territorio nacional.
Las medidas de fuerza han sido condenadas por casi toda la comunidad internacional, mientras países árabes como Arabia Saudí y Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU) han apoyado al Gobierno de facto.