El consumo de bebidas gaseosas refrescantes conduce a la agresión, déficit de atención y retraimiento en los niños, reza una nueva investigación.
Según un artículo publicado en la revista The Journal of Pediatrics, el consumo de estas bebidas potencia la manifestación de estos síntomas. "Hemos visto que la conducta agresiva en los niños aumenta con la cantidad diaria de consumo de refrescos", explica Shakira Suglia, coautora del estudio de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.).
En su artículo, Suglia y sus colegas señalan que los componentes habituales de bebidas gaseosas pueden afectar al comportamiento, aunque advierten que hay pocos estudios sobre sus efectos en los niños.
Incluso después de ajustar factores sociodemográficos, depresión materna, violencia en la pareja o el encarcelamiento paterno, cualquier consumo de refrescos se asoció con un aumento de la conducta agresiva.
Los niños que bebían cuatro o más bebidas diarias tenían más del doble de probabilidades de romper cosas de otros, de meterse en peleas o de atacar físicamente a personas, a lo que se unían problemas de atención y retraimiento.
Tras estudiar el comportamiento de cerca de tres mil niños de cinco años de las 20 principales ciudades de Estados Unidos, los investigadores establecieron que el 43% de los niños consumen al menos una bebida gaseosa diaria, y el 4% consumían cuatro o más.
En 2011 se reveló que los adolescentes que toman muchas bebidas gaseosas refrescantes son más propensos a comportarse de manera agresiva e incluso a llevar armas.