El buque zarpó de Rusia el 6 de junio y llegó el lunes procedente de Cuba hasta Corinto, pequeña ciudad portuaria situada a 150 km al noroeste de Managua y la principal salida al Pacífico.
El subjefe del grupo de buques rusos, Vladimir Ruban, dijo a un grupo de periodistas que la presencia del barco servirá para “fortalecer las relaciones con la fuerzas armadas y el pueblo” nicaragüenses.
La tarde del jueves la tripulación recibió con honores al presidente Daniel Ortega con 21 cañonazos, luego los marinos mostraron el funcionamiento de las armas al mandatario, quien recorrió y habló con ellos durante varias horas.
Ruban destacó que la estadía en Nicaragua ha sido la “más calurosa y amistosa” que han tenido. El buque tiene previsto seguir a Venezuela para retornar a Rusia el 26 de noviembre, tras visitar además otras naciones como España y Portugal.
El barco, de 185 metros de largo, cuenta con radares y “armas de todo tipo”, entre ellas cohetes con más de 600 km de alcance y cañones móviles capaces de repeler amenazas en un radio de 60 km, explicó el capitán de navío y traductor oficial, Serguei Ivanovich.
“Nuestro buque puede operar en cualquier lugar del mundo de manera autónoma sin ningún problema y puede defender cualquier territorio”, agregó el oficial, al asegurar que Rusia podría apoyar a Nicaragua en la lucha contra el narcotráfico, incluso “con armamento si es necesario”.
Esta es la primera visita de un buque de guerra ruso desde que Ortega retornó al poder en 2007.