El periódico chino 'South China Morning Post' reporta que Rusia otra vez se ha convertido en objeto de demonización por parte de los medios de habla inglesa y que los motivos de esa política están lejos de ser justos.

Como ejemplo, el autor apunta a un reportaje del canal británico Channel 4 que habla sobre el empeoramiento de las relaciones entre Moscú y Washington, pero también critica las "leyes contra la propaganda homosexual" aprobadas en Rusia y analiza el llamamiento al boicot de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014.

CBS, Huffington Post, Sky News, BBC y otros medios de comunicación publicaron materiales sobre "la persecución de los gais y lesbianas en Rusia" y un periodista del rotativo norteamericano 'The Daily Beast' compara la situación en el país más grande del mundo con "los últimos días de la República de Weimar y el principio del Tercer Reich de la Alemania Nazi".

Según el autor del artículo publicado en el medio chino, las razones de esos ataques verbales están más que claras: una de ellas es la decisión de Rusia de no extraditar al exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden a EE.UU., donde le esperan torturas y 100 años del encarcelamiento. Pero otro motivo es el conflicto en Siria, una cuestión en la que Rusia se niega a colaborar con EE.UU. El periodista también menciona el tema de Irán, ya que Moscú guarda las espaldas de Teherán en cuanto a su programa nuclear. Y otra razón podrían ser las cartas estadounidenses, publicadas por WikiLeaks, que confirman que diplomáticos estadounidenses intentaron cambiar las leyes rusas para que actuaran según intereses de las compañías americanas Visa y Mastercard.

El autor de este artículo, Graeme Maxton, opina que la "propaganda de Washington está jugando con fuego, ya que esas críticas pueden llevar a otra Guerra Fría que esta vez podría ser muy larga”. EE.UU. a menudo evita conflictos directos con sus rivales e "intenta obligar el mundo burlarse de ellos y odiarlos".

Pero el objetivo real de Washington, según el periodista, es hacer que el mundo se olvide de sus propios crímenes, como por ejemplo "de los asesinatos sin juicio de gente inocente, el espionaje de correos electrónicos y llamadas telefónicas y los movimientos de las personas realizado por compañías de EE.UU.". Según palabras del autor, esa es una clara señal de la "hipocresía" norteamericana.

El diario añade que los pronósticos no son mejores para China, que pronto podría ser blanco de las mismas críticas.

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