Con más de sesenta años de tradición y experiencia, el vigorón de ‘La Abuela’ se ha posicionado como una de las mejores opciones gastronómicas tanto para los capitalinos como para los turistas extranjeros.

Ubicado en la entrada principal del Centro Comercial Managua, este pequeño negocio familiar ha venido creciendo no en tamaño, sino en calidad productiva y calidez en la atención del servicio al cliente.

Teresa Sánchez, con su característico delantal, sus lentes y una sorprendente agilidad en el trabajo, es la gran abuela a la que todos los capitalinos visitan para que les venda su riquísimo vigorón acompañado de su respectivo fresquito de cacao o cebada.

“Me gusta trabajar para seguir adelante. Yo creo que en este negocio no hay ningún secreto para triunfar, sino solamente haciendo bien las cosas, y fue algo que me enseñó mi mamá que ya va a cumplir cien años, pero que como hija he venido administrando su negocio”, refirió.

Gobierno reconoce esfuerzo

La humilde y esforzada trabajadora, en semanas pasadas fue premiada por la Alcaldía de Managua con una cocina industrial y su cilindro de gas, por tener una excelente comidería popular siguiendo estándares de higiene adecuados, y dando por cumplido al llamado de la campaña Vivir Bien, Vivir Bonito, Vivir Saludable, que impulsa el Gobierno Sandinista a nivel nacional.

“Me siento bien gracias a Dios. Y solo le pido a Dios que nos dé salud para continuar trabajando, para continuar luchando. Yo no sé porque hay mucha gente que dice que no hay trabajo, pero trabajo hay. Y hay muchos que lo primero que preguntan es cuánto van a ganar, pero no dicen lo que van a hacer, hay que ser más responsables”, manifestó.

Teresa asegura que trabaja siempre fuerte porque tiene como propósito apoyar a su hija para que culmine sus estudios universitarios; además porque este pequeño negocio sirve de sustento económico a tres familias más, incluyendo a la de su cuñada.

Negocio sobrevivió al terremoto

El negocio de Teresa sobrevivió al terremoto de 1972. Sin embargo, ahora vive en el Barrio La Fuente, desde donde sale todos los días a las 3 de la mañana para ir al Mercado Oriental y realizar las compras de los alimentos necesarios para preparar este riquísimo vigorón.

“En la casa ahorita hay una muchacha que está pelando yuca, y lavándola, y en la madrugada hay que volverla a lavar. A las 12 de la noche ya estoy en pie, haciendo la ensalada. Así trabajábamos, ella pelando yuca, y yo escogiendo el chicharrón y la ensalada”, detalló.

Asimismo, destacó que si los clientes la visitan asiduamente es precisamente porque los trata con cariño, además de dar la comida a un buen precio, y estar siempre atenta a cada persona que llega al negocio <<¿Cómo lo querés chavalo, servido o empacado?>>.

“Creo que mi negocio es muy chiquito, pequeño, no tengo donde extenderme más, pero todo el tiempo hemos trabajado así, y los clientes se han adaptado. Este es un negocio familiar, y lo tenemos desde antes del terremoto, y luego del terremoto anduvimos ambulantes, hasta establecernos aquí”, recordó.

Un inevitable destino turístico

Ileana Torres, quien viene desde Atlanta a Nicaragua todos los años, manifestó que nunca se pierde de pasar por El Vigorón de la Abuela, al llegar al país y al irse hacia Estados Unidos.

“Es un vigorón riquísimo. Cada vez que vengo a Nicaragua lo primero que hago es venir donde La Abuela para comer este delicioso vigorón, porque la yuca está suavecita, el chicharrón tostadito, y la ensalada es fresca y tiene un sabor excelente”, precisó.

Torres destacó que asiste a este comercio familiar precisamente porque es un lugar pequeño pero con mucha higiene; además porque el cacao que venden es riquísimo.

Pablo Hernández, poblador de Managua, indicó que visita a doña Teresita porque el vigorón que prepara contiene los grandes secretos culinarios y la sazón de la experiencia, atributos que son un imán para cualquiera que le gusta comer rico y barato.

“Vengo a deleitarme del vigorón en la entrada al Centro Comercial Managua; el vigorón es muy rico y no hay que ir hasta Granada para saborearnos un buen vigorón, solo hay que venir donde La Abuela. Para degustarlo mejor, hay que tomarse un fresco de cacao”, señaló.

Esta nicaragüense enérgica en el trabajo, aseguró que <<mientras tenga vida, seguirá luchando por mejorar siempre>>. Actualmente ha logrado adquirir un procesador de alimentos para preparar ricas ensaladas y trabajar de una forma más efectiva. Ahora lo único que aspira es llegar a tener un lugar más amplio, para que la familia de La Abuela pueda extenderse y disfrutar de los riquísimos y apetecidos vigorones con su peculiar refresco de cacao o cebada.

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