La temporada de huracanes del Atlántico en el 2013 está todavía camino a ser superior a lo habitual, pero "los niveles extremos de actividad" son menos probables, dijo el jueves la principal agencia climática del gobierno de Estados Unidos.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) dijo que la temporada de seis meses, que comenzó el 1 de junio y muy pronto alcanzará su máximo, podría aún ser "muy activa" y generar de 13 a 19 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y nueve podrían llegar a huracanes.
Antes del inicio de la temporada NOAA había pronosticado hasta 20 tormentas con nombre y dijo que incluso 11 de ellas podrían convertirse en huracanes. La temporada de huracanes, advirtió entonces, podría ser "extremadamente activa".
En aquel pronóstico de mayo, NOAA había previsto hasta seis huracanes importantes de categoría 3 o más.
Pero el jueves recortó su pronóstico de huracanes a no más de cinco.
La temporada de huracanes en el Atlántico suele traer un promedio de 12 tormentas tropicales, incluyendo seis huracanes, tres de ellos importantes.
"El pronóstico actualizado es similar al panorama pre temporada emitido en mayo, pero con una expectativa menor para los niveles extremos de actividad", dijo NOAA.
La agencia citó las escasas probabilidades de que este año vea el desarrollo del fenómeno climático de La Niña como una de las razones de una menor actividad.
La Niña está asociada con temperaturas del agua más frías de lo normal en el Océano Pacífico Ecuatorial y puede hacer soplar reducidas ráfagas de viento sobre el Atlántico tropical, lo que podría fortalecer aún más la temporada de huracanes.
Otro factor detrás del pronóstico levemente más positivo fue la falta de algún huracán en julio y mayor variabilidad en los patrones de los vientos sobre el Atlántico tropical, indicó NOAA.
La temporada del año pasado trajo 19 tormentas tropicales, 10 de las cuales se convirtieron en huracanes.
Dos de ellas se transformaron en huracanes importantes, incluyendo la súper tormenta Sandy, que según NOAA causó más de 200 muertes y dejó más de 50.000 millones de dólares en daños en Estados Unidos.