El papa Francisco manifestó que la juventud es la ventana por la cual entra el futuro en el mundo y por ello se imponen grandes desafíos para esta generación. Lo dijo durante su primer discurso a su llegada a Brasil, después que la presidenta brasileña Dilma Rousseff le diera la bienvenida en el Palacio de Guanabara donde se reúne con autoridades gubernamentales.

El sumo pontífice expresó su satisfacción de que el primer viaje de su pontificado le permita volver a su “amada América Latina”, nación que -a su juicio- se solidifica con sentimientos de fe y amistad que siempre ha unido al pueblo.

Señaló que aprendió que para tener acceso al pueblo brasileño es necesario entrar por el portal de su inmenso corazón y por ello le pidió a los habitantes tocar delicadamente esa puerta (su corazón). “No tengo oro ni plata, pero traigo lo más precioso que me han dado, Jesucristo”, dijo el máximo representante de la Iglesia católica.

Francisco resaltó que el motivo principal de su visita en Brasil, transciende fronteras. “Vine a la Jornada Mundial de la Juventud para encontrar a los jóvenes del mundo atraídos por los brazos abiertos del cristo redentor. Ellos quieren abrazarlo para sentir en su corazón el llamado de Dios y los discípulos del mundo”.

En este sentido, el jefe del Vaticano destacó que Cristo le da fe a los jóvenes y les confía el futuro de su propia causa. “No tienen miedo de arriesgar su única vida porque saben que no será en vano” apuntó Francisco al tiempo que les invitó a dejarse interpelar por la desafiadora pregunta ¿dónde está el futuro y cómo vamos a seguir adelante?

El primer papa latinoamericano saludó a la señora presidenta Rousseff, a los miembros de su gobierno y demás autoridades a quienes les agradeció por expresarle su generosa acogida, además de extenderle la alegría de de los brasileños por llegada.

El papa adelantó que en su visita hablará con los jóvenes, las familias y en especial a los hombres y mujeres que en gran medida dependen del futuro de estas generaciones. Señaló que es necesario tutelar las condiciones materiales e inmateriales para lograr conseguir el desarrollo.

“Hay que ofrecer fundamentos propios, garantizar la seguridad y educación y para transmitirle valores por los cuales la vida pueda ser vivida” agregó Francisco al tiempo que aseguró que con estas actitudes se puede recibir el futuro que entra por las ventanas de los jóvenes.

Finalizó su discurso manifestando que los brazos del papa se alargan para abrazar a toda la nación brasilera en su completa expresión, desde la Amazonia hasta las Pampas. “Que nadie se sienta excluido al afecto del papa”.