En la casa de doña Lucía se nota todo movimiento, trabajo, peroles por aquí y por allá, así como fuego haciendo hervir la mezcla de distintas frutas que lentamente con el azúcar o el dulce de rapadura, va cociéndose, cambiando su color hasta ponerse un poco oscuro y crema en el caso de los mangos.
Doña Lucía dice que lo principal de su receta para hacer almíbar es ponerle amor a las cosas. En ese sentido dijo que para hacer riquísimos almibares o curvasá, se le echa jocote, papaya, mango, mamey, piña y grosea, todo se puede hacer revuelto o separado, aunque al final termina revolviéndose.
De acuerdo con doña Lucía, se le puede echar nancite o marañón, pero dependiendo el gusto de los clientes, pero para que el sabor sea mejor también se le agrega azúcar, canela clavo de olor y dulce de rapadura.
Explica la artesana de la dulcería que cuando el mango está muy amarillo le echa dulce para que se vea cremita, el jocote se debe bajar del fuego en cierto momento cuando está cafecito, en tanto que señaló que el mango dilata como seis horas hirviendo, la papaya de seis a siete horas y el jocote dilata como cinco horas.
Hace más de 40 años
Recordó que ella tiene de hacer almíbar como 40 años y que sus hijos y su esposo el ayudan en el negocio, además de su nuera, producto que luego venden en su casa de Ganada o en el mercado Huembes, en Managua.
Asegura que cuando salió del poder de sus padres solo hacía cajeta de coco, luego aprendió a hacer la cajeta de naranja agria y se acordó como hacían el almíbar en su casa señalando entre los secretos que la papaya, se pela en rodajitas, se pasa en agua de cal y se lava bien para que no quede muy suave, que quede durita.
A la almíbar de papaya estando en el fuego se le agrega canela y clavo de olor, al mango se le echa unos poquitos de sal par que le dé gusto y no quede insípido y si es a la grosea, se sancocha tres veces para que vuele lo ácido y luego se pone al fuego y se le echa azúcar y canela.
Aseguró que pasa todo el año haciendo almíbar, pero en Semana Santa se incrementa la producción, al crecer la demanda
Expresó que mantener la tradición de hacer almíbar le hace sentirse orgullosa para que no se pierda como un dulce nicaragüense de todo el año, pero que además se come preferentemente en Semana Santa.
Orgullo por mantener la tradición
Por su lado, Alma Nidia Pérez, quien trabaja con doña Lucía, dijo que es orgullo ayudar le a ella y dijo que no se debe perder la tradición de realizar almíbar y tener paciencia en su confección, además de mantener todo limpio y tapado.
Por su lado, Carlos Zúniga García manifestó que en ese trabajo hay que tener química con los productos, con las mesclas, con el estado de las frutas, con los tiempos de cocción y como se va midiendo la calidad, el sabor y como se va midiendo la cantidad de ingredientes que se le echan al almíbar.
Asegura don Carlos que con el dulce de rapadura es que le dan el punto al almíbar destaca debe tener una buena calidad y sabor y dijo que por ejemplo la papaya debe ser usada pinta, ni verde ni madura para que de un buen punto y quede consistente.
Don Carlos se siente honrado de trabajar en la realización del almíbar y de otros dulces que expende la dulcería La Granadina, cuyo puesto de ventas en Managua está en el mercado Roberto Huembes, debido a que están manteniendo una tradición que es típicamente nicaragüense.
Dulcería La Ganadina hace otro tipo de dulces, entre ellos icacos en mil, papaya en mil, jocotes en miel, groseas en miel, coyoles en miel, mangos en miel y nancites en miel, cajeta de coco, atolillo. Churros, huevo chimbo, arroz con leche y, requesón.
Nacionales
El dulce sabor del almíbar de Las Granadinas
Martes 27 de Marzo de 2012 | Erving Sánchez Rizo
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